jueves, 26 de junio de 2025

Cartas al Diretor (47)


Pueblo Murciélago, junio de 2025.

Etimado Serior Diretor.

Usté no me va a crer si le digo que el otro día yendo pal Almacén El Mosquito -donde usté compra una caja e chicle y le regalan los globito- me encontré con un individuo e lo más raro. Es cierto que justo estaba cayendo el sol y la calle estaba oscura, pero igual me llamó la atención la capa, el cinto medio recargáu y sobre todo que el hombre se había encajáu los calzoncillo por arriba e los pantalone. Ni le digo las botas, que tenían así como unos fleco medio puntiagudos… 

¿Va pal corso amigo? le encajé para no pasar por desatento.
El hombre -un flaco medio gordito- sin sacarse el antifaz y llevándose la diestra al mentón me dice:
Perdón caballerou, esquiúsmi, ando buscandou la redacción del famosou multimediou La Galanga… ¿sería iústed tan amable de ourientarmei? 

Y la verdá que me agarró con la pregunta, porque ademá de impresionarme con las orejas en punta, yo sabía la respuesta, pero me dio no se qué dársela. ¿Mentiende? Porque -aunque me deba unas libras- yo a usté lo quiero y sobre todo, lo respeto; y me dio un no se qué darle la justa de primera. Así que un poco pa ganar tiempo y otro poco pa ganar tiempo también, le pregunté 
¿Y se puede saber que anda haciendo por estos pagos, Don…? 

Vine desde Ciudad Gótica a cobrar unos Róyaltis y me quedé sin betería en el teléfonou…

Recórcholis! (Le dije sin saber muy bien porqué usé esa expresión). Pare un poco… La Galanga, La Galanga… Ah… sí! Claro, ¿la que el diretor tiene el pelo medio así, dice usté?

Esa! Me dice el tipo. 

Ah! Pare un cachito! Mire, usté agarra por esta misma como pal lao del cerro, vé? Y ahí donde empieza a terminar la calle, sobre su mano, va a ver dos casa: una azul y una roja. Usté las pasa y un poco más payá, yegando a lo del Yuyo, duebla, enfila como pacá y ahí nomás le aparece la calle que sube como pa La Galanga. Eso sí, tenga cuidáo mire que tiene un par de perros bravos, y una mujer.

Muchas gracias, Míster! me dijo el tipo que al darse vuelta me hizo vientito con la capa. Un poco más payá, debajo de un farolito, se podía ver el vehículo. Un colachata negro y medio rarófilo, con la parte de atrás igualito que los fleco e las bota, y adentro a un pibe con un traje verdirrojo.

En todo caso, Serior Diretor, galangueros queridos, con el debido respeto, cariño, asombro, perplejidá y respeto les digo: Raro, ¿no? Porque mire que es largo el carnaval acá, pero que yo sepa, corso en junio no hay. 

Saludos.

Verdecito.




Estimado Verdecito:

Gracias por su misiva, por su aviso y por su colaboración. El mencionado individuo efectivamente se apersonó por mi morada y, como era de esperar, los cánidos que cohabitan el predio salieron a su encuentro. Es bien sabido que los murciélagos se llevan mal con los cimarrones de Artigas (y con los míos también) así que el tipo le pidió a su acompañante que bajara a hablar conmigo.
Santos temores tuyos, Batman; siempre yo en las difíciles dijo el gurí que le acompañaba.
Me pidió desde la calle que le sujetara los perros, que el señor deseaba intercambiar unos conceptos conmigo.
¡Perfecto!, le grité, vuelvan en un rato que los ataré
Volvemos en media hora, dijo el de gris
¡Dale! Pero en media hora, eh? ¡No me hagan esconder al pedo!

El autodenominado Director


Comentarios


Ya pasó la 1/2 hora, ¿volvió? Sueltele la perrada
Daniel

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