sábado, 24 de noviembre de 2012

Verano del 76

Cuando sacamos La galanga estábamos abriendo la posibilidad de encontrarnos en el éter informático.
Gentes de diversas concepciones y fundamentalmente con un propósito común: tratar de ponernos a leer la realidad con humor y con calidad.
Gabriela Gil Leone ya nos prestó un cuento corto hace unos días (27 de octubre La danza en el fuego)  
http://lagalanga.blogspot.com/2012/10/la-danza-en-el-fuego.html

Hoy nos presta este otro para compartir a los galangueros de Ley.


Verano del 76


“La vereda es pública” gritaban los niños y salían corriendo, cuando doña María los echaba del murito de su casa, en tiempos donde la penitencia era quedarse en el cuarto y el premio salir a jugar a la calle.
Es que justo ese murito era el mejor lugar para el encuentro en las tardes más calurosas de las vacaciones de verano. Estaba en la vereda de la sombra y Pedrito podía subirse sin ayuda.
En ese murito jugaban a la escondida y Lalo, que era el más grande y el más rápido, salvaba a la barra haciendo la “pica por todos los compañeros”.
Al más pequeño le llevó mucho tiempo comprender cómo se relacionaron aquella noche el papá de Lalo, las chanchitas, los roperos y la embajada de México.
El resto del verano, cada día, Pedrito se sentaba en el murito a esperar a Lalo seguro de que iba a salir de su mejor escondite para hacer la pica por todos y así los roperos volverían a guardar ropa y las chanchitas moneditas.
Mientras doña María, en silencio, lo miraba por la ventana.



Nota de los Editores y Responsables
(editores irresponsables)
Glosario para los extranjeros y los desprevenidos
Chanchitas y roperos: vehículos policiales (medianos y grandes, respectivamente) extremadamente frecuentes en la represión

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