por Odoacro
Porqué habré aceptado; un momento de debilidad.
Se venía hablando desde hace tiempo y cada vez me daba más trabajo encontrar como zafar.
Recuerdo que rechacé la idea de plano sin explicaciones y por un tiempo no se tocó más el tema, pero volvió y se transformó en una propuesta recurrente, un desafío, casi un arma arrojadiza.
- ¿No te animas?
- ¿Tenés miedo?
Esas preguntas me acorralaron.
-Yo no le tengo miedo a nada, soy muy macho. Pusimos fecha
Dormí mal, y desperté nervioso, me vestí con la ropa que consideré mas adecuada para la aventura y salí de casa sin despedirme.
El camino es espinoso, empinado, cada paso pesa mas que el anterior, barro, me hundo.
No supe sostener el no, ahora solo queda seguir.
Es mediodía, pero hacia adelante solo se ve oscuridad, parece que el camino se burlara de mí y tirara piedras para que tropiece.
¿Si diera vuelta ahora?
No, yo no soy cagón.
El último esfuerzo, llego; lastimado, pero llego.
Una escalera interminable me deja frente a una fortaleza de madera que parece infranqueable.
A la altura de mis ojos veo un cartel: Juan Pérez SICOLOGO.
Toco el timbre
No hay comentarios:
Publicar un comentario