In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.

domingo, 28 de mayo de 2023

Milyuna (y tantas) narices y una sola mentira


por el Flaco

milyuna formas de

nariz y

una sola cosa

atestan la zoología

 

narices aristocráticas

narices de “no  cuándo

narices de navidad

narices de tanto dolor

narices tipo motel

narices psicosomáticas

narices barrocas

narices muy de oficina

narices tan musicales

narices “ponte tú”

narices de buenas noches

narices emergentes

narices ya consagradas

narices sin pasado

narices sin cara

narices descaradas

narices todo terreno

narices de mal humor

narices 3/4 D

narices cuenta corriente

narices punto y aparte

narices after hour

narices 20 semanas

narices edulcoradas

narices piso 14

narices de sobremesa

narices promocionales

narices 30 %

narices de vernissage

narices de blanco y coca

narices cristal de roca

 

 

milyuna forma

narices y

una tan

sola

mentira

miércoles, 24 de mayo de 2023

Las manos ásperas


por Verdecito

Así fueron las cosas aquel día de otoño en que el sol entraba como espadas por las ventanas de la calle Hocquart y se bailaba sobre un piso de linóleo que parecía la lava del Vesubio cayendo sobre el mapa de Italia mientras explotaba la guerra y el hambre y el exilio de miles que huyeron hacia América en busca de consuelo cuando a muchos se los tragó el mar y a otros tantos la propia tierra que labraron con yunta de bueyes bajo un sol enceguecedor, con la piel y la garganta resecas, las manos ásperas y los ojos melancólicos de los albañiles y de los feriantes cocoliches voceando tangerinas dulces entre el cacareo histérico de las gallinas en las jaulas y los chanchos resbalando sin poder afirmarse en el hormigón del mercado.

Yatasto / Collage digital / PhC25
2021 / Yamandú Cuevas.

Eso mismo pasó el día que el silbato de la fábrica tuvo algo de bocina de barco despidiendo a los tanos que partían a ganarse el pan de cada día con el sudor de su frente, para construir la casa propia mientras criaban hijos a pura teta y pan duro y maldecían a los criollos que comían carne el viernes santo cantando canciones subidas de tono entre el vino y el humo.

Mi abuela, que era española de mantón celeste y rosario en la mano les pedía a los tíos que por Dios no hicieran eso, pero ellos, que no creían ni en el Che Guevara, no hacían caso a nadie dale que dale a la guitarra y al bandoneón. Cuando vi venir a Don Éttore con el facón atravesado en el cinto, jamás hubiera imaginado que cantara tan lindo y sobre todo que cortara tan bien aquel cordero de Dios.

 

Tomado de libro “Sigan la imagen” de la Editorial “El que piensa pierde”/ 2020, para La Galanga, el 18 de mayo de 2023.


jueves, 18 de mayo de 2023

Todo el año es Mayo


por Odoacro

El miedo es un río. 
Es un líquido oscuro que pasa, se nos queda. 
El miedo es el viejo de la bolsa. 
Si, ya sé, mis viejos eran unos hijos de puta asustaniños. 
El miedo es verde oliva. 
Es oscuro.
El miedo va por las calles y te busca te caza, te encapucha.
Te tortura
Te mata 
Te Desaparece
El miedo es memoria oscura. 
No estamos todos 
La familia no tiene donde ir a llorar
tirar sus cenizas. 
El miedo es incierto
Sorpresivo, traicionero.
El miedo es cosa de valientes  
Exige nunca mas.



miércoles, 17 de mayo de 2023

Memes

    

por Tano de la Mondiola


Agua, pedofilia, Fondo Angosto y Ricardito



(es Robert, no Roger, pifié pero es igual)






Comentarios


Genial!! Muy creativo..
Anónimo




martes, 16 de mayo de 2023

Pétalos


por Caperuza Rebelada

Los pétalos de la memoria
vuelan entre nosotros
el tiempo los detuvo
están aquí...
la juventud se hace eco
resuenan escandalosamente
No pudieron
el silencio es otro
no el que quisieron callar
este grita
crece
se multiplica... 
Son eternos
están, estarán 
memoria siempre 
siempre memoria
humanas humanidades
que no deshojan
margaritas eternas
Presente
siempre presentes...

lunes, 15 de mayo de 2023

Luisa, a secas


por el Flaco

Mi cuñado me dice que tengo razón cuando comento en voz alta que mis padres no eran unos padres cualquiera. Que tenían sus singularidades; que no eran como los papás de mis compañeras de la escuela. Papá siempre decía entre carcajadas que éramos la familia “del uno”: una sola novia, un solo trabajo, una sola cosa a la vez, una sola hija. Y hasta un solo nombre. Consideraban que era cursi eso de ponerse dos o tres nombres (que se sumaban a los dos o tres apellidos, más el de casada que muchas mujeres adoptaban como estandarte social). Coleccionaba tarjetas de presentación que le resultaban así de ridículas, en una caja de madera de habanos que se había fumado en los recreos del liceo con el profesor de matemáticas. Una vez me las mostró en unas vacaciones de verano. Calculábamos que la gente hacía grandes inversiones para meter tanto currículum patronímico en una cartulina de ocho por cinco centímetros. Y nos reíamos mucho inventando personajes con nombres largos y apellidos cortos. O de apellidos largos, bien pomposos, precedidos de nombres que buscábamos en la guía telefónica. Recuerdo que siempre me despertaba en las siestas antes de ir a la playa con una imagen: figurate si tenés una muñeca, y la perdés. Y si una nena la encuentra, y le pone otro nombre y la quiere como si la hubiera comprado. Y vos tiempo después, y luego de tanto buscarla, la ves de lejos, y gritás “esa muñeca es mía, yo la perdí….”. Entonces la mamá de la niña te responde: ¿cómo sabés? ¿Acaso tenés cómo probarlo? Menos mal que era un sueño, me decía cuando me despertaba. Nunca se lo conté a nadie. La abuela afirmaba que si eran sueños feos, mejor escribirlos y luego quemar la hoja de papel para que no se dieran.

Nunca tuve que ir a rescatar muñeca alguna. Siempre cuidé mucho las pocas que tuve. Y tampoco les puse muchos nombres. Por si tenía que salir a buscarlas y la gente no me entendiera. Y porque además respetaba la tradición familiar. Y no sabía tanto de nombres, la verdad. Cuando aprendí a hacer oraciones con sujeto y predicado, la maestra un día me descubrió una lista de nombres masculinos en la libreta de deberes. Creyó que era una nómina de pretendientes de la clase. Le contó un tanto avergonzada a mamá que seguro yo era muy enamoradiza, porque había hecho un trencito con Marcelo, Gustavo, Martín, Miguel, todos mis compañeritos varones. Y todos vivieron su vida con esa versión. Nunca me preguntaron el por qué lo de la nómina. Era por si un día llegaba a casa, y a la hora de la cena, mis papás me sorprendían con la noticia: ¿sabés Lu ? Vas atener un hermanito….! ¿Adiviná cómo le vamos a poner? Y entonces yo ahí los hubiera dejado ciegos sacando mis apuntes y dando mis preferencias. Pero, ya saben. La familia del uno….. . Qué bien me hubiera venido tener uno; por lo menos medio hermano.

Me hubiera ayudado, y mucho. Nos hubiéramos turnado más fácil. Hasta nos habríamos repartido tareas y ahorrado la mitad del tiempo hasta ahora. No hubiera tenido ningún problema de celos y esas cosas de Susanita con su hermano menor y otros dilemas. Habríamos repartido el botín entre los dos: papá es mío, y mamá tuya mientras yo estoy en la escuela. Como soy la mayor - naturalmente era un bebé y no entendería mucho de esas cosas por un tiempo -, tenía que hacer el esfuerzo por darle motivos de envidia cuando papá me agarraba en brazos, o mamá me peinaba antes de salir a lo de la abuela Blanca Rosa.

Pero me quedé hija única, y con un solo nombre. Ya más grande, en donde estuviera me preguntaban “¿Luisa cuánto…?” Siempre les respondía “Así, como le dije, Luisa, Luisa a secas.” Seguro que más de uno ha creído que no tenía apellido. O que, si lo tenía, me avergonzaba decirlo. O me hubiera delatado fácil, y no tenía ganas de andar explicando a cada rato con todos los detalles. Cuando nací no existía eso de poder elegir el apellido a asignarle a los recién nacidos. O ya de adulto, querer cambiarlo, como los escritores que se ponen el de la madre. Llegué a creer que el apellido no era necesario para la vida. Que la identidad era otra cosa, mas allá del sexo o el color del pelo. Éramos la familia de todo en poca cantidad, pero una familia común y corriente. Hasta ese día.

Era jueves 20 de abril. Papá siempre fue el primero en venir a mi cama a saludarme y estrujarme las orejas por mi cumpleaños. Él ya vestido para irse al estudio y yo en pijama, saltábamos cantando y nos tirábamos sentados al final del “ que los cumplas, feliiiiiizzzz!!”. Un ceremonial divertido y  acostumbrado que esa mañana extrañé de inmediato. Mamá estaba en la cocina y medio me explicó que se había ido más temprano por cosas del Centro, pero que volvería a tiempo para soplar las velitas y abrir los regalos. Nunca más tuve un aniversario con padre y tirón de orejas; aunque seguí honrando la costumbre de cumplir años.

Tampoco lo vi esa noche y durante mucho. Mamá empezó a hablar en voz baja. Como anticipando las preguntas y no dando lugar a respuestas, cuando yo la miraba con la intención de preguntarle por él. Seguro pensaba que con doce años no era mucho lo que podía tener derecho de averiguar. Y tanto menos, de saber.

Un domingo después de almorzar, escuché que la abuela le decía mientras la abrazaba “vos andá nomás, que yo me quedo esta semana con Luisa. De paso te va a hacer bien verlo, y yo aprovecho que estamos solas para ponerla más o menos al tanto. Beatriz querida, vos tené fe, que yo todas las noches pido por Héctor, y por todos.”

Debo tener algún agujero negro en el lóbulo de la memoria, porque de ese tiempo sólo retengo muy claro que de pronto me vi yendo en tren todos los meses a la ciudad de al lado. Así le llamaba yo, aunque eran como dos horas de viaje de ida, y otras tantas para la vuelta. Mamá me daba el pasaje y la mochila y se despedía con un estruendoso beso cuando sonaba el pito de la locomotora y el tren ponía proa al encuentro. Los guardas generalmente me reconocían, y pasaban a cada rato para verme. Me traían pastillas de menta, galletitas, un vaso de agua, me preguntaban si no quería ir al baño. Digamos, me mimaban. Cuando el final del recorrido estaba cerca, me avisaban que me despertara que seguro ya tendría ganas de bajarme y llegar al destino.

Se había convertido en un ritual de fin de semana,  que prontamente empecé a considerar como el privilegiado de cada mes. Eran unas horas, que vivía como días, y que siempre me parecían segundos. Llegaba sobre el mediodía, y salía de regreso a la tardecita. Él me esperaba puntualmente en el andén, y yo golpeaba la ventanilla para que me reconociera entre tanta gente y tantas caras. Debo haber creído que todos los pasajeros veníamos a buscar a nuestros padres en ese lugar. Como le salía hacerse el payaso, y sabía que yo le seguía el hilo en todo, un sábado me dijo que a partir del próximo mes, como cada vez había más gente en los andenes, me estaría esperando con su paraguas negro. Pero abierto. ¿Y si no llueve? ¿No te vas a ver ridículo?, le pregunté muerta de risa. Para nada, me dijo. Al contrario, todo el mundo me va a mirar, incluso vos, y va ser fácil que me saques entre tantos sombreros y pelucas de sopranos con sobrepeso. Así era él, de tan divertido. Aunque una vez se puso serio. De vuelta de la confitería y mirándome un tanto grave, la rodilla en el piso y su mano izquierda en mi cabeza me dijo con voz calma “Lu, si un día no ves el paraguas, no te bajes. Porque él siempre está conmigo, y viste que es grande y con puntas. Si no estoy, seguí de largo hasta la otra estación. Cambiás de andén y volvete a casa, que mamá y la abuela te van a estar esperando“. Entendí que no era un chiste, que hablaba de algo importante. Hubiera preferido creer que tal vez después me saldría diciendo que lo iba a cambiar por un gorro de Popeye, o una corona de rey mago. Pero no. No dijo más nada. Puso en la mochila los bizcochos que habían quedado, me abrazó muy, muy fuerte. Pude sentir que lo quería mucho, mucho más que a mis muñecas, y que no me importaba que me hubiera puesto un solo nombre, Luisa así nomás, a secas .

Era agosto de 1978, hacía mucho frío, pero no llovía. Saqué la mano por la ventanilla y lo vi agitar ese ya símbolo, mientras lo abría y lo cerraba, a modo de saludo.

 

Efectivamente, al mes siguiente, no estaba el paraguas ese sábado en la estación de Morón. Y papá tampoco. Seguí de largo en ese viaje. Ese viaje interminable y sin escalas, de vías kilométricas, con barreras amenazantes, estaciones tristes, de locomotoras viejas y sin remedio. Todo metido en una pirueta de la historia que ahoga la memoria de la luz con un cielo de silencio. Un cielo que algún día me regalará una lluvia, la del reencuentro. Con mucho viento para que los paraguas se sacudan, y los sentimientos de las almas desencontradas se hagan de carne y hueso. O apenas huesos; con consignas. Como esa del aniversario. La que dice “ la búsqueda del hombre que luchó por su ideal nos trajo hasta aquí…”

 

 

Para Lucía

Y por Héctor Giordano Cortazzo

13/5/1939…..30/8/1978

 

Flaco, La Reina

13.05.2023


Comentarios


Impresionante

Anónimo


Hiciste increíblemente dulce, una historia tan dura..👏🏻👏🏻

Anónimo

domingo, 14 de mayo de 2023

Memoria u olvido


por Máximo Gur Méndez

La memoria es diferente al recuerdo. El recuerdo también puede traerte desde muy lejos una risa, un gesto, una cara, un paisaje. Pero la memoria te trae eso con la impronta marcada a fuego en tu ser. Es recuerdo con enseñanza, con conclusiones. Es recuerdo recordado una y otra vez, imposible ahora sí de olvidarlo, de cambiarlo, de no creerle. 
La memoria te puede dar escalofríos en la espalda cuando, aún sin la marchita militar de las Fuerzas Conjuntas, igual sentís la voz, la entonación autoritaria y prepotente de Manini Arroyos o de Misia Irene, la cadencia de esa narrativa, mandona y déspota, y te hace sentir la misma angustia que sentías hace ya casi cincuenta años a las 8 de la noche cuando en todos las radios y canales de TV escuchabas el comunicado diario de sus victorias sobre los "subversivos".
Pero la memoria también te puede traer paz cuando juntando la memoria de todos te das cuenta que aquel o aquella, desaparecido de golpe y casi sin rastro, padre o madre de otro, hermano o hermana, el primo chico o el tío de bigotes también merece ser tuyo. Tuyo en tu memoria, tuyo en la memoria de los demás.
Somos todos familiares, dijeron siempre las viejas y los viejos que los buscaron desde su primer día. Somos todos familiares, siguen diciendo quienes hoy siguen buscando. Porque la memoria nos hace seguir buscando.
La memoria puede ser brava, pero te hace estar vivo.
Lo que mata es el olvido.



sábado, 13 de mayo de 2023

Definiciones


por Odoacro

Dicen los físicos que el tiempo no existía hasta que todo voló en pedazos. 
Los matemáticos aseguran que se trata de números y fórmulas 
Los filósofos, filosofan 
Según Heraclito todo fluye 
Bauman cree que la realidad se ha licuado 
 Algún poeta descubre que el tiempo es un invento de los relojeros. 
Seguramente Joseph Cartaphilus - quién fue Homero, y luego será Borges- diría que la eternidad es abominable. 
Yo digo que no saben lo que dicen. 
El pasado es una trampa de la memoria 
El futuro un invento de la imaginación 
Solo hay aquí, ahora. 
 Y sigue perdiendo arena mi reloj

viernes, 12 de mayo de 2023

Memorias de Jesús obrero


por el Flaco

La abuela Lucía se había vuelto una pesadilla, y colectiva.

La gorda Ana, su nieta  - hija de María, su hija mayor - se quejaba y alertaba que de continuar así, no se seguiría responsabilizando de lo que le fuera a ocurrir.

Que se escapaba a Luis Batlle Berres sola, y sin bastón; que se bañaba con agua fría. Que las pastillas aparecían en la lata de la basura, en la cocina. Y demás. Mucho más.

¿A dónde va?, era la frase más sonada en aquella casa de parroquia en Paso de la Arena, y quien la pronunciara entornaba los ojos hacia el cielo como pidiendo una tregua que ni la homilía dominical de rato antes conseguía que llegara.

"Callate vos y vení a ayudarme que voy a hacerles polenta con churrasco a Jorge y al Negro que tanto les gusta...", murmuraba al tranquito y apoyando sus palabras con bastonazos en el piso. Su figurita encorvada haciendo sombra detrás de la cortina.

Imposible tenerla quieta. A los 82 años, como una adolescente, se entregaba a sus bacanales de cigarros negros, a escondidas de sus hijas, todas cincuentonas y con sentimiento de culpa.

Por lo menos una vez a la semana, se acostaba a morir cada tarde, y su descendencia poco menos que la velaba en vida, con varias mantas por encima y porrones de agua caliente a los costados.

"Yo estaba en un lugar hermoso, todo verde, muy verde, pero taaan frío...", había confesado a la vuelta de uno de sus sueños de letargo.

Un domingo de lluvia se despertó bostezando, sentándose en la cama después de tres días, cuando todos creíamos que era el del sin retorno, y al ver tanta gente reunida alrededor, les descerrajó sin previo aviso: "...che, qué ambiente de velorio hay en esta casa. Háganme el favor, prendan las luces y pongan la mesa que comemos..."


Comentarios


Muy pintorescas las historias del Flaco. Un crá
Lingula


Un genio el Flaco!
Anónimo

miércoles, 10 de mayo de 2023

Tiempo loco, vio?

 


p
or Tano de la Mondiola 

Están muy conmocionados los tiempos. El desastre chileno, el culebrón uruguayo, el dólar, los rusos que se comen crudos a los niños, el agua con fuerza iónica elevada...qué se yo!! Tiempo tormentoso.

Y hablando del tema salió hoy JAZZ LO SÉ encarando ese tema.

Escuchamos a las grandes cantantes del jazz, pianistas, trompetistas, saxos y otros.



¿Querés oírlo? Cliqueá acá -> TIEMPO TORMENTOSO

JAZZ LO SE, también sale en Babel FM (97.1) Lun-Mier-Viernes a las 22 hs

Mitad de semana

   

por Tano de la Mondiola



Otra semana tan cargada en lo serio y también en lo que ya es novelesco. 
Y todo muy rápido, no damos abasto. Hasta el Miércoles salieron éstos...se iban, no se iban...










martes, 9 de mayo de 2023

Alquimismo


por Caperuza Rebelada

Resulta que un presidente
agua a la leche agregaba
y aunque usted sea renuente
la mezcla leche quedaba

Aquellos que hoy peinan canas
recordarán con cariño
letras que no fueron vanas
las que cantaban de niños

Nombraban una lechera
que daba la merengada
no era una vaca cualquiera
era una vaca salada

Ahora cuenta nos damos
que ella se adelantaba
no me vengan con reclamos
agua de OSE tomaba

Y así termina el cuentito
vaca, OSE, agua salada
parece que no es delito
vender la leche estirada



Comentarios


Muy bueno Cape!
Tano

Excelente!!!!!
Anónimo

domingo, 7 de mayo de 2023

El fotógrafo me contó lo de Misia Irene

Nuestro fotógrafo estrella está en todos lados.
Y por ello nos puede contar todo lo que pasó con Misia Irene mientras sacaba estas fotos.






















Comentarios


Geniales las fotos y sus comentarios!!
Anónimo

sábado, 6 de mayo de 2023

Cambia, todo cambia ...


por Caperuza Rebelada

Fue Talvi el gran visionario
que primero se bajó
esto precisa de un cambio
de aquí me retiro yo

A Bartol luego tocó
por decisión del princeso
que en sus redes publicó 
el Mides será un suceso 

En ganadería Uriarte
casi de la misma forma
también has de retirarte
te saliste de la norma

Más tarde vendría Cardozo
esas filas a engrosar
la prensa lo hizo carozo
por mucho publicitar

Y si de título hablamos
al fuego le echamos leña
si mentimos abdicamos
recordemos a Adrián Peña

El gobierno hace un decreto
que al tabaco favorece
Salinas acepta el reto
y su prestigio decrece

Es entonces el momento
en que decide alejarse
a todos les hizo el cuento
que era para despejarse

Y si una llave se entrega
por favores que se han dado
ten presente que eso pega
Irene para el senado

Este cuento continúa
al firme sin ton ni son
no se trata de dar púa
¡abajo la corrupción!


Bajado de por ahí; porque el ingenio popular es magnífico.

Comentarios


Clap clap clap Magela!!!
Pochandre

viernes, 5 de mayo de 2023

Memes del rezzumeeen

  

por Tano de la Mondiola

No solamente Zin TV tiene el rezzumen che! 
La Galanga también.


Otra semana que muy cargada en lo serio y también en lo que ya es novelesco. 
Y todo muy rápido, no damos abasto. Hasta el Jueves salieron estos 3...





Y hoy ya con las novedades...