In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.

jueves, 27 de junio de 2019

Recuerdos del 27 de junio

por Medio Gurméndez

Es relativamente fácil hablar del 27 de junio de 1973.
Es que a 46 años de aquel es facilísimo ponerse en defensor de los derechos, la democracia y varios etc que hoy cotizan alto en la bolsa de las declaraciones públicas.
En aquel hacía tanto frío como hoy, me levantaba tan temprano como hoy para ir a mis obligaciones, igual que hoy. Como ven pocas cosas cambian; claro que en aquel 27 iba al liceo (cursaba tercero, para los cabaleros) y hoy, cercano a la jubilación, me meto otro día más en el Clínicas.
En el '73 los trabajadores todos cumplían con su promesa de largar una huelga general por tiempo indeterminado si la democracia (que nunca había sido muy considerada con su reclamos, bueno es decirlo) era atacada, pero que sabían que la dictadura siempre sería mucho peor. Y ocupaban sus lugares de trabajo. Si; esa medida tan descortés para los empresarios de hoy era la manera de pararse frente a los tanques (y miren que no es retórica: es verdad pura). Aunque igual que hoy los empresarios de entonces aplaudían cual focas (que también es bueno decirlo: las focas que aplauden gobiernos o dictaduras no se inventaron a partir del 2005) las desocupaciones. Desocupaciones por la fuerza , obvio. Notemos que su repulsa a las ocupaciones sigue siendo la misma.
Y mientras algunos ocupaban su lugar de trabajo, otros les alcanzaban ollas y fideos para pasar el almuerzo, otros buscaban frazadas y pilas para las radios a transistores (no había Guá-Sá para enterarse de cómo iban las cosas), otros pasaban a la clandestinidad escondiéndose de las segurísimas detenciones también por tiempo indeterminado. Otros pintaban muros con consignas y se morían acribillados al pie de esos muros como Medina que tenía solo 15 años.
Y otros daban palabras de apoyo incondicional a militares y civiles, y aceptaban formar parte de su "gobierno", y publicaban grandes mentiras una vez más como el Estiercolero de la Plaza Cagancha (porque las Fake News no son un invento de ahora) enlodando el ambiente.
Y otros desensillaban hasta que aclarara.
Y otros muchos daban rienda suelta a su violencia, a su desprecio. Y se convertían en los carniceros de toda esa gente. Y algunos (muy pocos) hoy están en cana, otros muertos de viejitos nomás, siempre defendidos por basuras que aún tienen el descaro de ofenderse si tienen que ir a declarar ante la justicia.

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