Lo que nos deja el Cobicho

por Mínimo Gurméndez

Hay una vieja enseñanza china que dice que toda crisis es una oportunidad. Dice el Chino, que los ideogramas en los que escriben, crisis y oportunidad tiene las mismas raíces pictóricas.

De ahí es que se me ocurrió que la pandemia del Cobicho también nos debe de haber dado cosas positivas.

Repasemos.

Nos enseño el valor de la familia, la cercana y las más alejada. A fuerza de tener que estar aislados con el núcleo familiar más chico y de no poder reunirse ni para un cumpleaños de la familia más grande, hemos podido ver cuanto nos hacían falta esos afectos.

¿Y los compañeros de trabajo, los amigos en general? ¿No les pasó que tuvieron que acostumbrarse a ni siquiera darse la mano (ya ni te hablo de un beso o un abrazo)?

La ronda de mate absolutamente solo; tres, cinco mates con sus correspondientes termos en una mesa donde antes solo correría el del mejor cebador.

El saludo, que no se le niega a nadie, ahora es peor porque saludamos al bulto nomás; o ¿quién reconoce caras detrás de esos tapabocas?

Y a lavarse las manos a cada rato. Ni el más prolijo de los cirujanos se ha lavado tanto y con tanta prolijidad como con el Cobicho en la Tierra.

De todo eso estaba hablando el otro día cuando se me dio por escuchar el noticiero y caí en la cuenta de que si para algo ha servido la pandemia a este gobierno de Colisión Multicolor es para que nos olvidemos o directamente ni nos enteremos que: la pareja del ministro de Edukación Pablito da Chifleira no fue extraditada por lavado de dinero; en la Operación Océano (abuso y prostitución de menores) podían haberse ahogado varios políticos y adinerados empresarios muy influyentes, de los que nunca se volvió a hablar; las tarifas de luz, agua, teléfono, combustibles y etc. subieron dos veces en menos de un año; compramos aviones Hércules por varios millones de dólares (más de 13 cada uno) y los usamos para llevar una caja hasta Cerro Largo que podíamos mandar por encomienda de Agencia Central; mientras tanto se le escapa una avioneta pedorra cuando estaba bajando miles de kilos de cocaína en un campo (¡y que su dueño no sabía nada ni tenía nada que ver!); mientras todo esto pasa el presidente se va a descansar a La Paloma y a surfear olas, pero lo de las vacunas ya se verá después.

Esto, que es solamente lo que se me vino a mi acorchada memoria en este ratito, demuestra que lo del Cobicho ha sido más que una bendición para Lavenida Junior y su gente.

¡Gracias Cobicho por los favores recibidos!

Comentarios

Magistral! Les vino de primera. Lástima que con ayuda de los chantas colegas del GARCH se llegó a ésto cuando hubo pre aviso de lo que pasaba en el mundo y un inóculo inicial ridículo. 50 tipos para cagar así a 3 millones !!!

El Tano de la Mondiola

Como siempre... Excelente!

Anónimo