In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.

domingo, 12 de mayo de 2024

Jugamos como nunca, perdimos como siempre

 

por Trancazo

Somos vocacionales del fracaso. Mientras otros se regodean con el recuerdo de triunfos pasados, nosotros rememoramos heroicas derrotas en las que estuvimos casi a punto de evitarlas. En vez de “Valientes del Charco Football Club” o “Charqueros”, deberíamos llamarnos “Casi, casi”.

A diferencia de muchos otros clubes que identifican con nítida precisión cuál es su archienemigo perpetuo, nosotros los Charqueros no podemos. Nuestro eterno deambular por las distintas categorías —principalmente en dirección descendente— nos ha impedido llegar a cosechar una rivalidad visceral con ningún otro equipo. Por razones de vecindad, la lógica indicaría que nuestro clásico rival debería ser el “Atlético Desparramo”, porque “el Despa” es el club nacido en Piojones,  el barrio vecino. Pero, solamente hemos estado en la misma divisional una vez y fueron apenas dos partidos: una goleada antológica y un disputado encuentro que “casi, casi” no perdemos.

Algunos señalan que nuestra cancha está maldita y que seguramente fue construida sobre un antiguo cementerio indígena, lo que explicaría nuestro invicto como locales (solo equiparado por el que tenemos como visitantes).

Para ser un genuino fanático de Charqueros hay que disponer de la estoica disciplina de un samurai y su mismo compromiso con el deber. Nuestro himno recoge ese enfoque en sus magnas estrofas que indican: …sabremos perder…, …magníficas derrotas que templan nuestra alma…, …cualquiera puede ganar, pero la derrota eterna es un privilegio de elegidos….

Nuestro fundador y primer presidente del club, don Ramón Ortuiño Cabrán, señaló en el discurso de su asunción, con visión que resultó profética, que la gloria es esquiva y voluble y no siempre nos será fiel… Los detractores de don Ramón de todas las horas, hicieron correr la voz de que “la Gloria” no era otra que la señorita María Gloria Peláez dependiente del almacén de don Ramón y presunta amante, pero eso es otra historia.

El almacén tenía adosada una cantina que congregaba a muchos parroquianos que convocados por la buena comida y la bebida barata que despachaba con generosidad don Ramón se pasaban las tardes y las noches discutiendo de todo y arreglando problemas con la facilidad que da la charla entre amigos y el alcohol. Fue algo casi natural que surgiese la idea de formar un club local de fútbol porque la pasión por la pelota era casi un requisito del lugar; eran vistos con desconfianza quienes no demostraban ser cabales futboleros. Aquellos que se reunían para jugar al dominó y al truco eran tolerados como excéntricos, pero marginales.

Naturalmente la cantina fue la primera sede del flamante “Valientes del Charco FC”, don Ramón su primer presidente por unanimidad y aclamación de los socios fundadores y la vitrina que exhibía fiambres, quesos y emparedados fue destinada a guardar los trofeos y títulos que con mucha esperanza coleccionaría el flamante club. Ya ha pasado mucho tiempo de aquella ingenuidad, el vacío de la vitrina denunciaba con fuerza la realidad deportiva de la institución por lo que hace diez años decidimos por solemne y unánime decisión de la asamblea que la vitrina recuperase su función comercial inicial. En caso de conseguirse algún trofeo se vería de ubicarlo con el destaque apropiado. Y así se hizo el año pasado cuando se puso en el lugar más visible de la cantina, en la pared que tiene las estanterías con las bebidas, el diploma enmarcado que acredita nuestro cuarto puesto en el campeonato organizado por la cooperadora del barrio para juntar fondos en beneficio del merendero infantil.  ¡Un cuarto puesto! De todos modos, hubo opositores y críticos. No dejaban de señalar que el referido campeonato fue un cuadrangular.


Comentarios


Excelente!
Yamandú Cuevas

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