Ya se conoce la integración de los grupos del Mundial. Como siempre a la Celeste le tocó --como no podía ser de otro modo-- el Grupo de la Muerte, el grupo D: Costa Rica, Inglaterra e Italia.
Estamos en
condiciones de afirmar sin ningún tipo de dudas que vamos a clasificar primeros
en el grupo D.
Con mucho
respeto por el querible pueblo tico, que
tienen fantásticas habilidades para atender a los turistas y para disfrutar
plenamente de la vida, tanto que es imposible hablar con un tico y no escuchar
cada dos palabras, su marca registrada que es el "puravida", que
vendría a ser algo asi como nuestro "tá", pero, para el fútbol a
nivel competitivo de jerarquía mundial, todavía les falta un rato. No los
podemos considerar seriamente como rivales de importancia, a pesar del susto
que nos dieron en el repechaje del 2006 y de las próximas declaraciones
políticamente correctas de todos que dirán: " por algo están en el
Mundial", "nadie les regaló nada", "las distancias cada vez
son menores", "todo está globalizado", "todos los rivales
son difíciles", etcétera.
En relación a los
otros dos rivales, ¿alguien cree que es una casualidad, ajena a la cuidadosa
planificación de la Selección, el hecho de que los dos grandes goleadores uruguayos se han estado capacitando estos
últimos años en romper redes en Italia (Cavani) y en Inglaterra (Suárez)?
¡¡No!! Está todo pensado; incluso el pase de Cavani al fútbol francés es para
preparar seguramente un cruce con los galos en semifinales, pero no queremos
adelantar nada más.
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