Pueblo Dudoso, abril de 2025 creo, no sé.
Etimado Serior Diretor:
Dudando me he de morir, dudando me han de enterrar, y dudando he de llegar al pie del Eterno Padre; dende el vientre de mi madre vine a este mundo a dudar.
Dicen que dijo Martín Fierro, un gaucho medio dulce (de membrillo) y medio queso.
Pero no es del gaucho que quiero hablarle ahora serior, sino de las dudas que -como a la vecina- me atormentan.
Vengan Santos milagrosos, a sacame de la duda, que la lengua se me añuda, y se me turba la vista; pido a mi Dios que me asista, en una ocasión tan ruda.
Venga Diretor sagrado a clararme el pensamiento, queneste mismo momento, de plagio desenfrenado, mempiezo a poner tarado y a perder el argumento.
Por favor no me distraiga y sáqueme destas dudas: ¿Usté creé que esta vé, fetivamente, le vamos a poder sacar algo a los rico pa' que no sean siempre los pobres los que pagan lo platos roto? ¿Usté cré que "Vote no Chamandú pra ser nosso Presidente", hará las 50.000 vivienda que la Irene le prometió a sus amigo?, ¿Usté cré en los lobizones Diretor? Que la tierra es plana? En fin, ¿Cré que Lustemberg, Haisemberg o Niúremberg le van a poder dar salú a los niño deste bendito país?, Al final, ¿Usté cré enalgo?
Por favor, recurro a su inteligencia y a su capacidad máxima 34 sentados para que me ilustre en este momento oscuro, neblinoso, inquietante, desasosegante y neblinoso.
Ahora que se prohibe salivar al conductor que escucha a Petinatti, ahora que Los Guapos volverán a ser escuchados, ahora, aprovecho a agradecerle sus preclaras respuestas (y las otras).
Pero no quiero despedirme sin antes desearle a usté, a la perra de su mujer, a su cachorrito y a su excelentísima seriora esposa, un exitoso comienzo de año lectivo, un muy feliz y combativo primero de mayo y todo el respeto, el cariño y las felices vacaciones de julio que se nos avecinan, como la tormenta que está a la vuelta de la esquina esperando que mi viejita, incauta y pobrecita, salga a tender mis dudas.
Sin otro pan regular me despido atentamente:
Verdecito.
A usted le aquejan tanto las dudas como a nosotros las certezas. Porque siempre que llovió paró.
Porque siempre valió más un pájaro en mano que cien volando.
Porque siempre valió más un pájaro en mano que cien volando.
Porque siempre dejamos correr el agua que no íbamos a beber (no así el vino, válgame dios).
Porque siempre el diablo supo más por viejo.
Porque siempre, si era corto y bueno, fue dos veces bueno.
Saludos
Saludos
El autodenominado Director
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