Señor Director:
Apenas llegado de la espontánea manifestación de cariño y empatía que ha despertado la elección del Premio Nobel de la Paz en la persona de la inmaculada María Cortina Manchado, realizada en la casa del senador Javier KGarcía, me dispongo a escribir a su libelo a raíz de los infames comentarios tupabolches esgrimidos por alguno de los Gurméndez en días pasados. (puede leer dicho artículo cliqueando AQUI , N. del E.)
Desconocer el cristiano y popular arraigo de nuestra paladín de la libertad venezolana solo evidencia la procedencia de esas ideas foráneas y disolutivas, tan de moda en pasados tiempos y vueltas a usar para desprestigio de los luchadores de la paz.
María Cortina solo trató siempre de dar lo mejor a su pueblo. Y cuando las elecciones le eran esquivas por esas majaderías de siempre que tienen algunos pueblos incultos, apelaba al sacrificio supremo, al mal mayor, a su inocultable capacidad de cortar por lo sano: pedía que fuerzas militares mejor pertrechadas que nuestros grupos de reacción paramilitar invadieran la Patria, luego de un pormenorizado bombardeo de los barrios más infiltrados de pobres, vagos e izquierdistas.
Por suerte alguien le reconoce su valía.
Y aunque yo hubiera preferido que se eligiera a Netanyahu igual me siento satisfecho.
Aprovecho para preguntar si usted sabe de la existencia de un Premio Nobel de la Radiodifusión porque nos gustaría proponer a Pettinorto para el año próximo.
Le saluda con recelo
Benito Adolfo Areco
Estimado Benito:
La pluralidad ideológica de este consabido pasquín galanguero me permite publicar y contestar su interesante misiva.
En nuestro país sí que se han levantado preclaras voces de admiración ante este nombramiento. La suya es una más.
Y con respecto al premio por Radiodifusión creo que aún el Comité de expertos no lo ha institucionalizado. De todas maneras su amigo, el Licenciado Pettinorto, ya estuvo varias veces premiado por el Estiercolero de Plaza Cagancha en sus ediciones del premio Iris.
El autodenominado Director
Comentarios
mal la fundación Nobel en esta. Shirley Valeria tiene un discurso más incendiario que bien le hubiera valido esa cocarda pacifista y armoniosa. Será en otra.
Flaco
mal la fundación Nobel en esta. Shirley Valeria tiene un discurso más incendiario que bien le hubiera valido esa cocarda pacifista y armoniosa. Será en otra. Flaco
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