La ferretería

Un tipo había estado ahorrando durante muchos años mientras trabajaba como encargado de un comercio. Estaba seguro que con su conocimiento del tema, siendo propietario, le iba a ir mucho mejor.

Así que, cuando pudo, se instaló por su cuenta.

¡Él y su esposa estaban tan contentos...!

Como el sacrificio había sido de ambos casi por igual, el tipo le pide a su esposa:

- Gordi; me gustaría que vos eligieras el nombre del negocio.

- Ay! ¿Y cómo le pongo?

- Ponele lo que más te guste.

Hoy, a la vista de los hechos, no debe de haber sido la mejor opción.