El sábado dijo que no podría ni siquiera hablar (y mucho menos escribir) hasta el domingo de noche.. Desde el lunes la búsqueda fue infructuosa, temimos lo peor. Miramos insistentemente el informativo de la noche de Canal 4 para ver si hallaban un cuerpo parecido a eso; publicamos sus fotos en cuanto boliche o burdel se nos puso en el camino.
Y nada.
Hasta que hoy jueves, y arrastrando aún la violeta lengua (seguramente teñida por el tinto de caja al que es habitué), nos dijo: "Mandé fruta. ¡Arriba la viola! " y se apagó su voz.
Cumplimos con él; que le dure la alegría.
Muchos de nosotros (la mitad más uno) hace tiempo que nos dedicamos a deportes más edificantes como el Badmington.
por Violetero
Según el cristal con que se mire
El tema de los tamaños
en realidad, no me importa.Un cacho´e pizza o de torta
puede inducirnos a engaño.
Y hasta producirnos daño,
pues, si vemos chiquilines
en sus juegos infantiles,
¿importa saber su edad?
¿o depende en realidad
del cristal con qué se mire?
Una cosa es ser un “grande”
y otra cosa es la “grandeza”.
Y es distinta la “bajeza”
a ser “chico”, y responsable.
Y cuando de fútbol se hable
hay que tenerlo presente.
Se le hace creer a la gente
que sólo importan las copas,
que la hinchada no sea poca,
y debe ser diferente.
Por un momento cambiemos
el color de ese cristal,
y ahora entremos a mirar,
cosas que no siempre vemos.
Muchos de nosotros creemos
que están muy equivocados.
El “grande” va a todos lados,
y es “chico” el que tiene miedo;
pisa siempre el mismo suelo
y lo tienen bien cuidado.
No le preocupa al “grande”:
sale de noche a jugar.
de mañana o tarde igual
y lo hace sin alarde.
Pero el “chico” está “que arde”
cuando tiene que viajar.
Pero el “grande” viaja igual
y además tiene su estadio
el “chico” tiene cien años
¿y su estadio dónde está?
Hay otro “chico” que viaja
y pocas cuadras camina.
Dobla cuatro o cinco esquinas
juega un partido y se raja.
Después ya espera en su casa.
Y los dos “chicos” ¡qué yunta!
muchas veces van en punta
como liebres son “ligeros”,
más “rápidos” que el pampero:
la A.U.F. los cría y ellos se juntan.
Y vienen con el cuentito:
“visitante” y “locatario”.
¡¿Piensan que somos otarios?!
¡¿Qué empecemos a los gritos?!
Pues somos bien “grandecitos”
y los vamos a retar:
se deben muy bien portar
deberán ser “chicos” buenos,
respetar bienes ajenos
que los suelen destrozar.
¡”Chiquilines” a esperar!
y también tengan paciencia.
Ya adquirirán experiencia;
serán “grandes”, viajarán.
Otros suelos pisarán,
también serán “visitantes”,
volverán a ser primeros,
ganarán copas, dinero;
los “grandes” se asombrarán
y dirán “¡cómo crecieron!”
Depende el color que tenga
el discutido cristal
para poder descifrar
por quien y de donde vengan.
Mientras tanto nuestra enseña
el Clausura lo ganó;
dio otro paso más…….creció.
Ya ha cumplido otro año.
¿A quién le importa el tamaño?
¡El “Defe” que no ni no!
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