Es sabido que los médicos tienen (tenemos) un gran anecdotario de situaciones disparatadas, y que además tienen (tenemos) mucho tiempo para contarlas y aderezarlas.
Así pues es que, en un esfuerzo editorial impresionante, pretendemos seguir con esta saga médica pidiendo a todos los amigotes galenos que contribuyan a llenar la galanga.
Todas y cada una de estas anécdotas son absolutamente reales. Solo le hemos dado color y anonimato.
Mínimo Gurméndez
El doctor estaba en plena visita a domicilio en una Emergencia móvil. Ahora tocaba en una casa en un corredor al fondo. Y bien al fondo había un perro atado por una cadena a una casilla, meta ladrar y ladrar.
- Pase, doctor pase.
El médico aún no avanzaba porque el perro se desgañitaba ladrando.
- Pase, doctor, no tenga miedo. Está castrado.
- Es que no me asusta que me coja, tengo miedo que me muerda
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