por Máximo Gur Méndez
Sabrán ustedes que existe una cosa que se llama participio activo y que define al sujeto que ejecuta una acción.
Fácil: el que canta es cantante, el que reside es residente, el que estudia es estudiante. Y como Uds pueden ver no les distingue sexo. No hay cantante y cantanta, ni residente y residenta, ni siquiera estudiante y estudianta.
Y todo ésto ¿por qué lo digo?
Porque desde hace un tiempo, en que tenemos Presidentes mujeres e Intendentes mujeres, ha aparecido una forma desprolija y malentendida de hacer reconocimiento del sexo femenino. Y es llamar a las mujeres que presiden: PresidentAs y no PresidentEs (como debería ser). Y a las Intendentes mujeres, IntendentAs.
Eso, abonado con la manía de nuestro exPresidente Taba de empezar con un Todos y todas (sin asumir que llamando todos se incluye, precisamente, a TODOS), me llenaron las gonias.
Llamo la atención al buen uso del idioma, a no verse seducidos por formas superficiales de reconocer el género femenino o masculino de las cosas.
De lo contrario puede pasarnos ésto:
La Presidenta del Club Atlético El Disparate había realizado una reunión exclusiva para mujeres. Estaba aburrida de no poder hablar en primera persona del femenino. Ahora si, sin tener atletos ni ciclistos que la escucharan, sin que el taxisto que habitualmente trae al dentisto al Club (el hermano del pianisto) se juntara en la cantina con el pediatro, el periodisto y el artisto a tomarse una y le exigieran que se acordara de ellos en sus discursos, ahora sí podía hablar sin freno. Encaró a todas las oyentas, miembras del club y acompañantas, y en un claro idioma español (ella es angloparlanta) les dijo: "Mujeres, ustedes están aquí por su condición de mujer, independienta de la raza o credo religioso. Hay entre ustedes afrodescendientas y blancas, ateas y creyentas, las que tienen en su casa una capilla ardienta. Hay quienes son televidentas de cualquier canal y quienes son importantas estudiantas. Pero lo fundamental es que hoy han sido todas concurrentas; mujeres excelentas. Nada más alejando de las vacas, ignorantas semovientas. Nunca más ausentas de la Historia. ¡SIEMPRE PRESENTAS!
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