por Mínimo Gurméndez
La campaña electoral empieza a dar sus primeros brincos. Y a pesar de que varios han tratado de cambiar el meollo de la cuestión desde las propuestas municipales al aseo personal, lo más grave está por verse.
La Galanga, en paciente investigación, ha logrado desbaratar un sabotaje mayúsculo que involucró al partido político con nombre más largo del Uruguay: el Partido Independiente de-si-mismo (PId-s-m).
Todo sucedió así.
Luego de una maravillosa y suculenta elección nacional (que coronó una magnífica campaña electoral) el PId-s-m venía con tanta fuerza que parecía que se iba a comer crudos a todos los demás: ni palillones ni fondoangostistas estaban preparados para hacer frente a tanta innovación.
Y temerosos de perder su cuota parte del poder, ambos partidos (Fondo Angosto y Partido Palillón - híbrido concertado de los partidos Pálido y Bermellón) se unieron para matar el embrión del cambio.
Si. Como lo leen.
Buscaron la vuelta para hacer mella en la candidatura de Iván Postrada.
Y consiguieron infiltrar a todas las agencias publicitarias.
Porque no hay otra explicación que tener un enemigo como publicista al ver la cartelería del PId-s-m.
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