Gracias Gonzalo C.
Hace unos meses me encontré con un conocido que, entre otras cosas, me dijo que estaba con intenciones de entrar en el Opus Dei. Siempre había sido muy creyente, su esposa también era bastante creyente y además quería criar a sus hijos en sus mismos valores.
Le dije que no sabía cómo se hacía, que tenía entendido que exigían una vida muy reglada y le dí dos o tres teléfonos de diputados del Partido Pálido para que averiguara (por mi profesión de periodista tengo muchos números de teléfono).
Al tiempo lo volví a ver; tenía los ojos rojos y un rictus nervioso raro. Me dijo que los teléfonos le había sido muy útiles y que estaba a prueba. Lo primero que debía demostrar es que podía superar los deseos de la carne; le habían exigido tener, al menos 6 meses, de abstinencia sexual completa.
Hoy me volví a encontrar con él. Capaz que es mi impresión, pero lo vi más relajado.
Me contó que lo del Opus Dei no había sido fácil. Que llevaba como 5 meses de abstinencia sexual completa pero que le era muy difícil convivir con su esposa, que, además, es muy linda (doy fe). Contó que todo fue difícil hasta que un día se da vuelta y ve a su esposa agarrando un yogurt del estante de abajo de la heladera. Le había quedado toda la cola como exhibiéndose para él. No sabe bien lo que le pasó pero perdió la noción de todo y la agarró de atrás y la abrazó tan fuerte que ella también casi se desmaya. Allí mismo, al lado de la heladera, se sacaron la ropa en 3 segundos y tuvieron sexo de manera tan maravillosa como no creen recordar.
Nos miramos él y yo un momento. Medio como para darle pie en el relato le pregunté:
- Me imagino que te echaron del Opus Dei, ¿no?
- Si. Del Opus Dei ... y de la Tienda Inglesa
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