por Máximo Gur Méndez
Fabiana, médica ella, me contó que un día se había ido temprano a su trabajo. Su marido le dijo, desde la cama, "Dejá que hoy yo me encargo de la casa".
A la hora, más o menos, le pasa un Guá-Sá con la tranquilizadora frase
"Está todo bien. Ya le estoy haciendo la comida a la nena"
Más o menos media hora después recibe otro Guá-Sá de su marido pero al grupo Familia mía que decía
"No puedo bajar la llama de la cocina. ¿Alguien entiende?"
Fabiana, después de terminar con un paciente le escribe:
"Pasa algo???"
"No, nada. Es que no puedo bajar la llama de la cocina".
"Se rompió la perilla?"
"Creo que no, pero no te preocupes. Ya lo arreglo"
"Probaste cerrando la válvula?"
"Dale, no te preocupes"
Al rato Fabiana recibe un Guá-Sá pero re-enviado por uno de los amigos de su marido:
"Vo, mierda. Alguien sabe como carajo puedo bajar la llama de la cocina??"
Ahí Fabiana ya se había preocupado del todo.
Le manda otro Guá-Sá.
"Pudiste arreglar?"
"Si. Ya está. No la podía bajar pero al final pude. Te mando la foto de antes y después. Beso"
Antes de bajar la llama |
Pude bajar la llama |
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