Los niños de las fotos

por Máximo Gur Méndez

Perdónenme pero estoy demasiado triste y decepcionado.
Hace varios días que viene circulando la tristísima foto del niño sirio Aylan, ahogado cuando intentaba llegar con su pequeña familia a algún sitio donde no todo fuera muerte y destrucción. La foto se reprodujo cientos, miles, millones de veces en cualquier twitter, facebook, noticiero, correo. Y los mismos que hace unos meses se quejaban a los gritos de la infamia que estábamos haciendo al darle refugio a unas decenas de niños sirios, ahora se golpean el pecho y sollozan la desgracia del niño sirio en la playa. Y los mismos que hace un tiempo desfilaban en París, con los brazos entrelazados, negándose a aceptar la muerte de los editores de Charlie Hebdó son los que hoy mantienen cerradas las fronteras impidiendo que esta gente, que huye de la guerra y el hambre, encuentre cobijo en países que deberían estar en Paz.
No van a buscar un trabajo mejor. No tratan de comprarse pantalones de marca o conseguir Coca Cola.
Escapan de la muerte. Sencillamente.
Pero les decía que estoy decepcionado.

Porque lamentablemente tengo memoria.
Y esta foto que parece que fuera a sacudir el Mundo será olvidada dentro de 5 días o 10 meses.
Lamento decirles que vi fotos como esas; muchas veces.
Un niño africano desnutrido, a punto de ser comido por un buitre, ganó un Premio Pulitzer. Y el fotógrafo nunca más pudo dejar de tener pesadillas con ese niño.
Otro niño, judío, es sacado con las manos en alto del gueto de Varsovia por soldados nazi-fascistas.

Una niña vietnamita, Kim Phuc, corre desnuda, quemada por las bombas de napalm que los aviones norteamericanos tiraban minuciosamente sobre civiles en Viet-Nam.
Esas fotos también dieron varias vueltas al mundo. También provocaron retortijones de barriga a muchos. También muchos se juraron no permitirse más esto.
Pero si hoy estamos hablando del niño sirio Aylan es que nada ha cambiado.

Comentarios

Espectacular y necesario comentario,
A mi en lo personal me dejo una profunda amargura esa foto ese día confirmatorio del desprecio a esta especie que me ha invadido a lo largo de los años de ver y oír cosas.
Tano de la Mondiola