¡Por fin, se terminó el sueño olímpico!
¡sequejen Uruguayos, sequejen!
Ya me tenían podrido con tanto optimismo, que
la de oro, que la de plata, que metemos podio, que el país con más honor per
cápita del mundo y que ocho cuartos.
¡Qué optimismo, estamos irreconocibles!
Por suerte volvió a aparecer el uruguayo gris
y quejoso, se estaba extrañando.
Cristina K nos vuelve a botijear: ¡Ubicate
uruguayo! ¡Enano llorón! ¡Querés Martín García, ésta Martín García! ¡Uruguayo,
devolvé la copa América que nos robaste! “Uruguayo, no existís, La_Argentina es lo máss grande” (como dice Maradona en ESPN)
Para volver a soñar, tendremos que dejar pasar
cuatro años y poner el seso a trabajar.
A inventar nuevos deportes olímpicos para
ganarles otra vez. En sucesivas entregas les proponemos:
Carrera
de funcionarios
(en el
ámbito privado es 110 vallas)
En un país envejecido como el nuestro, donde
el más común de los métodos de ascenso en la carrera es la antigüedad, tenemos
chance de sacar alguna medallita de bronce o un diploma.
En la foto adjunta, ¿adivine quién gana la
carrera de funcionarios?
El moreno que va primero: su jefe iba corriendo al costado de la pista,
a una velocidad mucho menor, gritándole que no fuera tan rápido, que estaba
dejando pegado a los demás. El corredor no escuchó y rompió la cinta primero:
¡Descalificado por desacato!
El que se cayó: se pudre de que le pongan
palos en la rueda, se cae. Lo único que el quería era mejorar para ir lo más
cerca posible del primero. Re- caliente, abandona la carrera. El público le
grita: sos un pelotudo, como vas a dejar, tenés muchos beneficios, la carrera es
resegura, para toda la vida. Abandona y se va a correr en la liga de barrio,
más libre, más riesgosa y generalmente más divertida.
El pelado que va último: Tiene colgado un cartel que dice que noga_na lo suficiente, está en conflicto, no salta las vallas,
las toma con la mano, las corre y pasa por el costado, es el más lento, pero como lo muestra su calvicie, es
el más antiguo. Gana la carrera.
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