Por Tano de la
Mondiola
Se vienen las fiestas. Época de balance y reflexión, decimos a veces. ¿Por qué? ¿Qué es la Navidad? A ver...(como se dice ahora): es un día de fiesta basado en un festival pagano hedonista que fue robado por una mitología competidora y se convirtió en la fiesta de cumpleaños de un personaje del cual prácticamente no hay referencia histórica, a excepción de narraciones evangélicas que fueron escritas, en el mejor de los casos, dos o tres generaciones después.
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adelante, en el Norte la idea fue afanada nuevamente por empresarios manipuladores y se transformó en un festival de la codicia y la irresponsabilidad en la forma de consumismo
excesivo.
Originalmente era una festividad pagana que celebraba el solsticio de invierno. Hasta allí vamos bien. Tiene mucho sentido en sociedades primitivas, el Sol no dejaba de bajar en el horizonte y los días se hacían más cortos. Se celebra el renacer del Sol…en el hemisferio Norte, cuna de las primeras civilizaciones. Los romanos luego celebraban lo mismo, en sus Saturnalias. Los herederos de Roma (que copiaron todo lo malo y poco de lo bueno de Roma), los líderes cristianos, fabricaron la historia de que Jesús nació en el solsticio de invierno para robar el atractivo de la celebración romana y socavar a la competencia imperial. Y terminaron quedándose con el imperio. No les ha ido mal. Pero es una mitología largando un bolazo para socavar otra mitología.
Eso no es, por ende, un motivo de celebración para seres racionales (y menos en el Sur), pero la situación es más absurda que eso, porque poco después de la Segunda Guerra Mundial, Coca Cola inventó la versión moderna de Santa Claus (Papa Noel, que viene del San Nicolás germano-sajón) y las corporaciones con su avidez robaron la grandeza (discutible) de la Navidad de los cristianos (Papa Noel es tan imaginario y no-cristiano como el Carlanco) y lo utilizan para estimular el consumismo en los niños, que es una práctica claramente anticristiana y anti-pagana. Viene todo en un paquetito.
La Navidad es una celebración de la irresponsabilidad, la mentira y la mitología. No se basa en la razón, por ende representa el equivalente a la celebración de la irracionalidad, que es equivalente a la celebración de la locura.
Y de la incoherencia, además. El arbolito, por ejemplo es un símbolo pagano luego tomado por los Protestantes. Causa hilaridad verlo en casas de auto-proclamados católicos.
No estoy diciendo nada original, la mayoría de nosotros lo sabe, no invento ni descubro nada. ¿Por qué entonces se sigue celebrando? Es menester pensar que la única razón por la que todavía celebramos la Navidad se debe a que los seres humanos tendemos a hacer lo que siempre hemos hecho, incluso si no tiene ningún sentido o nos perjudica. Si se cultiva y estimula a los niños a creer en mitologías, irresponsables y absurdas, van a seguir viviendo en una realidad deformada y actuar en consecuencia.
No hay nada real en el núcleo de la Navidad. Es completamente falso, y todo el mundo se la fuma a pesar de saber que es falso. ¿Por qué? Porque se nos cría con mentiras tanto tiempo que las mentiras se han convertido en realidad. Y cada año reafirmamos la mentira de Navidad en lugar de actuar inteligentemente y liberarnos de ella. Esto es mas llamativo en Uruguay, donde el nivel de cultura y el porcentaje de gente sin religión es altísimo y orgullo mundial. Basta compararnos con los países limítrofes. Sin embargo, tendemos a reaccionar con una mar de excusas que justifican las mentiras que la sociedad nos implantó: que es la fiesta de la familia, que todo el mundo festeja, que no seas aguafiestas, salí de ahí con la filosofía, etc etc. Como si se necesitara que se nos diera una fecha para celebrar la familia... Ninguna de esas criticas van al meollo de la razón por la que se festeja. Porque ella no existe. Y como me decía un querido siquiatra del que fui pollo: "Viejo, lo que no entra por la razón, no sale por la razón", cuando yo intentaba hacer razonar a personas con delirios. Así que, en última instancia, de eso es lo que se trata la Navidad: actuar las mentiras compartidas a pesar de que todos sabemos que no son verdad. Seguir al rebaño.
La situación es mucho más patética en el hemisferio Sur y muestra el manejo colonialista de la cosa. Celebrar la Navidad (en un país con más de 60% de no creyentes) con arbolitos con nieve, pesebres, comer platos del hemisferio Norte y esperar a Papa Noel, no pasan la prueba de la razón.
Además, ¿por qué hay que celebrar, en un país laico, la Navidad pero no Yom Kippur, Rosh Hashanah y el Ramadan? ¿Somos laicos, pero laicos cristianos? Sin embargo lo hacemos. Si se puede manipular la masa a hacer cosas estúpidas y sesgadas y a gastar lo que no se tiene para una celebración que no significa nada (sobre todo en el hemisferio Sur), ergo, se puede manipular a la gente para cualquier otra cosa mas ominosa. Nos prestamos alegremente a que nos condenen a celebrar festivales de invierno en el medio del verano, de nieve falsa en temperaturas candentes, de cánticos que hablan de paisajes nevados mientras vamos camino a la playa, nos papamos los lechones, pan dulce, turrones, corderos, nueces, pasas de uva etc. cuando el clima y la razón nos sugiere lo opuesto... . Si fuéramos racionales, ¿no habría que acabar con ese colonialismo insidioso?
Nuestro festival de invierno (de eso se trata, después de todo, la Navidad) debería tener lugar en el invierno. Propongo el 24 de junio, el día del Mago y San Juan (¿vieron como soy devoto - no deVeto como el Taba - yo también?). Y podría ponérsele, como alguna vez leí por ahí en Internet “Australidad”. Salgamos a decorar con mates algún árbol perenne, un ciprés, por ejemplo, que retiene sus hojas a pesar de la naturaleza en recesión.
Noblesse oblige: respeto a los que creen y quieren celebrar el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre cumpliendo con los ritos y la misa de esa fecha de sumo recogimiento: pero todo el resto no es cristiano. Sin embargo, considerando la endeble relación entre la fecha del nacimiento del flaco (si existió como personaje histórico, cosa por demás dudosa) y la festividad creada para celebrarla, podríamos argumentar que dicho evento se podría conmemorar el 22-23 de junio en nuestro hemisferio. De hecho, el solsticio invernal es tradicionalmente más propicio para honrar el nacimiento de una deidad y ha sido utilizado desde los asirios, el uso por el cristianismo es un robo, de un robo, de un robo, ad nauseam. Se celebra el renacimiento del Sol en el hemisferio Norte, cuna de la civilización. Punto.
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Pero basta de filosofía…Parafraseando al Tete, como te digo una cosa, hago
la otra: para desearles Feliz Navidad acá el Tano, colonizado y cediendo a la presión social, les canta una de Feliciano.
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