Ayer de tarde Montevideo fue un caos.
Resulta que a las 2 y 20 de la tarde se largó un chaparrón y cayeron 59 milímetros de agua en 30 minutos.
Resultado: las calles se anegaron, subió el nivel de agua de la bahía y los desagües, en vez de desaguar, entraban agua a las casas y a las calles mismas.
Y mientras tanto ¿que? ¿Qué hacía el presidente Tete Musica? ¿Cómo ocupaba sus últimos momentos de su presidencia? Despotricando contra los jueces que se quieren pegar a los aumentos de salario de los del Supremo Corte a la Justicia.
Señor presidente: ¿A Ud. le parece bien que a fines de diciembre se pueda dar una lluvia así? ¿No piensa hacer nada al respecto? Mucho asado del Tete ¡y no puede parar la lluvia!
¿Y Boboni? Otro que no hace nada.
De muy buena fuente sé que hubieron llamadas a los bomberos que demoraron más de media hora en contestarse. ¡Y no me vengan con que la mitad de Montevideo estaba llamando a los bomberos en el mismo momento! Cuando pedimos una respuesta inmediata de los bomberos, cuando pedimos que no haya más inseguridad porque tiene que haber un policía en cada esquina, cuando llamamos al médico y queremos que esté ¡YA! al lado nuestro; si precisamos que haya un policía por persona, un bombero por persona, un médico por persona nuestro gobierno tiene que tener la voluntad política de que eso se logre. Y si no hay que importen de otro lado.
Y esta desidia gubernamental es contagiosa.
En Agraciada y La Paz (ver foto) los dueños de los autos llamaron al Automóvil Club y esperaron mucho más de media hora en que llegara el auxilio. Y si bien es cierto que de esas llamadas hubieron cientos, en el mismo instante, y que seguramente el auto del auxilio tampoco podía llegar al lugar porque las calles estaban inundadas, y que obviamente no es lo mismo dar arranque con un chicote desde la batería a sacar un auto inundado, también es cierto que la gente paga por un servicio que no se le está dando en tiempo y forma.
Así nunca vamos a dejar de ser Tercer Mundo.
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