In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.

miércoles, 30 de marzo de 2016

Más sobre inseguridad

por Máximo Gur Méndez

Hoy podríamos estar escribiendo de fóbal y de la circunstancia única de que por 6 meses la selección celeste va a estar primera en la tabla (por lo menos hasta el próximo partido el 1º de setiembre).
Podríamos estar escribiendo sobre los maravillosos espectáculos del Cirque du Soleil o del Lago de los Cisnes, que agotaron localidades entre los uruguayos, famosos por ser apáticos y grises.
O podríamos escribir sobre Cuba y los Rolling; o Castro y Obama; u Obama y su súbdito Macri (las posiciones de unos y otros en ambos países fueron notoriamente diferentes).
O sobre el estadio de Peñarol, la despedida de Recoba.
Pero no.
Preferimos escribir sobre la inseguridad.
Es que hubo un último robo que debería haber sacudido la conciencia sobre la seguridad de nuestra gente. Quizás porque fue el más violento de todos.
Porque la violencia quedó patente y registrada en su amenaza mafiosa al resto de la población.
Me refiero al robo de los datos que los antropólogos que están trabajando en la búsqueda de restos humanos de desaparecidos tenían guardados en una dependencia de la Universidad de la República.
Porque parece que ya nos familiarizamos que un par de idiotas entren en una Escuela de Tiempo Completo y roben la cafetera y la impresora además de que rompan todo al entrar y al salir. Ahora robaron otra casa que debería ser sagrada como las Escuelas: robaron en la Universidad de la República.
Pero si esto no alcanza, el robo se agrava por el objeto robado: robaron datos fundamentales de las distintas investigaciones que se están llevando a cabo sobre el más negro período de la Historia Nacional. No es un PC para "pasar a cobre" y comprar pasta base; es el disco duro (solo el disco duro) donde están los datos referidos.
Y los que robaron no eran dos guachos que ni habían terminado la Escuela; se nota que son profesionales, sabían lo que hacían y cómo debían hacerlo.
Está bien que pongamos el grito en el cielo cuando un par de excluidos sociales le arrancan la cartera a una señora o le arrancan la vida a un trabajador del taxi.También estaría muy bien cuando estos otros, que tuvieron evidentemente muchas más chances de educación e integración social, cometen este otro robo.
Sobre todo cuando nos quieren robar la posibilidad de entender qué fue lo que pasó, cómo y quién hizo lo que pasó; para que de paso pudiésemos castigar al delincuente (si fuera posible).
Pero sobre todo por la violencia empleada.
¿Qué nadie fue lastimado, ni siquiera empujado cuando el robo?
La violencia empleada es una de las peores: marcar en un mapa las casas de los que están trabajando en esta investigación para que sepan que "sabemos donde viven con sus familias" es mafiosa. La violencia de decir a los eventuales testigos "nosotros podemos averiguar sus nombres" es mafiosa.
Y el miedo que los mafiosos buscan generar es un miedo para toda la gente.
El mismo miedo que los dictadores y sus secuaces de aquella época quisieron generar.
¿Serán los mismos entonces?

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