Y se largó la Olimpiada nomas. Hablamos en serio en otro artículo ayer. Hoy, sumándonos a la higiene cerebral opiácea a la que la prensa suele lanzarse en estos eventos, les traemos una contribución. El único deporte en el cual en lugar de dar lástima o vergüenza, podemos y sabemos competir con nuestros 60 y más años de experiencia (la achicoria en el Uruguay empezó después de la guerra de Corea...). Con esto, los corremos.
Los 100 metros liebre (o coneja)
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