por Máximo Gur Méndez
Perdónenme todos los niños. Hoy tendría que ser un día de risas, regalos y juegos.
Y me sería más fácil (sin duda) hablar del niño que tenemos dentro, y del los juegos, y de mis recuerdos iguales a los de ustedes.
Pero como abuelo que soy hay algunas cosas que me golpean en sitios dolorosos y que dan paso a la indignación desplazando la risa.
Hoy es el Día del Niño y mientras veía pasar por la vereda a una niña, con patines nuevos, agarradita de la mano de su padre, orgulloso y feliz, me acordé que al otro lado del mundo (pero más allá y más acá también pasa) hay otros niños donde no cabe más el sufrimiento en sus cuerpecitos.
Se ahogan niños todos los días tratando de cruzar el Mediterráneo zafando de guerras o hambrunas. Un día un fotógrafo saca una foto (de miles que deben de haber), se "viraliza" y todos nos lamentamos.
Otro día otro fotógrafo le saca una foto a un niño sentadito en una ambulancia después de ser rescatado en un bombardeo, con una tranquilidad que me espantó, y todos hablamos de ello.
Pero; ¿estaremos nosotros, los adultos, haciendo todo lo posible por todos los niños?
No hay comentarios:
Publicar un comentario