Por Tano de la Mondiola
Mañana empieza otra Olimpiada para enriquecer magnates y clavar ciudades o países mientras se higieniza el balero de la gente con el pretexto pueril del ideal olímpico deportivo. Una O limpiada de cerebros.
Un circo donde de amateurismo no queda nada y donde corre la coima, el doping, las transfusiones de sangre y cuantas otras cosas que ni sabemos.
¡Ya sé! Algún lector se dirá: no me jodas, no contento con pegarle al fútbol, ¡¡el Tano se va a tirar contra las olimpiadas también!! El evento por excelencia del deporte amateur y la sana competencia. Pues por supuesto.
Y si alguien aún cree en la frase anterior, tengo un puente acá sobre la bahía de San Francisco para venderle.
Pero si uno lee la prensa, pareciera que hay gente que no se da cuenta que el comité olímpico internacional (COI) es igual o peor que la FIFA. Opera en la actualidad bajo la ley de Suiza, donde tiene su sede. La organización de 115 miembros tiene más en común con una sociedad secreta o logia masónica que una corporación empresarial global moderna, y mucho menos un órgano democrático elegido por y representando los intereses de los atletas y fans de los deportes. Los miembros del COI son elegidos por el presidente Juan Antonio Samaranch y el Consejo Ejecutivo de 11 miembros, no por colectivos atléticos o deportivos nacionales y sólo pueden ser removidos por el propio COI .
Los seleccionados antes de 1966 son vitalicios. Esto incluye a Joao Havelange. Los seleccionados a partir de 1966 se retiran cuando cumplen 80. El COI elevó el límite de 75 años justo antes de Samaranch llegara a esa edad.
Los miembros son como los cardenales en el Vaticano. Al decir de uno de ellos "Los gobiernos van y vienen, a nosotros no nos importa".
Ahora el capanga es un tal Bach. El penultimo fue Samaranch, de una familia rica textil de Barcelona, que dirigio el COI por ma's de 20 años. Samaranch tenia un buen pedigree: se afilió al movimiento fascista de España en su adolescencia y fue nombrado ministro de Deportes de ese país por el general Franco en 1966. Fue un franquista leal hasta la muerte del dictador en 1975.
A finales de 1960, el aumento de los costos asociados con el desarrollo de los Juegos Olímpicos comenzaron a producir graves problemas financieros para el COI y las ciudades donde se organizaba el evento. Los Juegos Olímpicos de Roma 1960 perdieron 300 millones de liras - un patrón que se repitió en una escala mayor, en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976 donde se perdieron $ 1 mil millones, como recordábamos en artículo anterior.
Después de que Los Ángeles hizo una ganancia de $ 215 millones de dólares en los Juegos Olímpicos de 1984 con la venta de los derechos exclusivos para diversas categorías de patrocinio corporativo - la bebida oficial del LA Olímpico, el proveedor oficial, etc. - la lucha comenzó en serio entre las ciudades para el derecho a organizar la juegos y asegurar los beneficios que se podrían hacer en el turismo, la construcción, el transporte y otras industrias.
De una organización pequeña, nominalmente sin fines de lucro, el COI se convirtió en una empresa multimillonaria, sus miembros son la clave de que a las ciudades y las corporaciones se les concediera el acceso a los beneficios masivos a través de los Juegos Olímpicos. Y, así como la competencia entre las empresas y las ciudades aumentó, y las ganancias subieron, las oportunidades para el soborno y la corrupción aumentó, no sólo de los miembros individuales, sino del COI en su conjunto.
Las ciudades candidatas proporcionan a delegados del COI grandes incentivos: pieles, joyas, pinturas, paquetes de viaje y alojamiento de primera clase, tasas de matrícula de la universidad, puestos de trabajo para los familiares y coimas en efectivo. Los grupos de presión y los intermediarios del COI cobran pingües honorarios para orientar el voto de los delegados.
Por eso duele que tras construir estadios para un Mundial de fútbol en lugares donde casi no hay gente, y con los problemas que enfrenta Brasil, ahora encima tengan una olimpiada arriba. No escapa a nadie el hecho de que además se militariza el país con el pretexto de la amenaza "terrorista". Se matan dos pájaros con la misma piedra.
¡¡¡Y en el Uruguay el ejército hace maniobras en la frontera!!! Parece que la amenaza es que los "turcos" del Chuy y Rivera estarían planeando arrojar ticholos y Garotos a los pasantes ... ¡¡vergonzoso!!
De la misma manera que cualquier otro deporte de masas, las Olimpiadas están diseñadas como opiáceo para entretenerlas y para promover intereses corporativos. Junto con los atletas que compiten en ellos, los Juegos Olímpicos se han convertido en mercancías compradas y vendidas en el mercado - con el objetivo de ser simplemente la maximización de la ganancia privada.
Y, como decimos siempre, no obstante lo dicho, la culpa no es necesariamente del chancho sino del que le da de comer.
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