Y luego de varios decenios de trabajo en esa función el anecdotario que se recolecta es tan abrumador como el hipocrático.
Todas las anécdotas son rigurosamente verídicas. Solo se omiten los nombres y apellidos para evitar tener que pagar más pensiones a la invalidez.
Aquí les presentamos la segunda entrega de Violetero, en su nueva columna.
Y por supuesto hay mucho más
Hoy: Humor de perros
IGUALES
Salgo con mucho cuidado de una casa,
ya que afuera el ladrido de un perro me ponía nervioso. Efectivamente, en el
jardín, un perro de tamaño regular me mostraba sus dientes. La señora de la
casa, se quiso “lavar las manos” en el asunto y me dice:
-No tengo nada que ver con ese
perro. Es de la calle.
-No me importa si es de Lacalle o de
Sanguinetti. Tengo miedo que me muerda -
le contesto rápidamente.
¿SE
LE VENCIO?
Otra de perros.
Entro en una casa y escucho ladridos.
El dueño de casa me dice:
-No tenga miedo; está vacunado.
-De repente se le venció la vacuna.
El que no está vacunado soy yo - le
respondo.
¡BUENO SERIA!
La última de perros.
Camino por el jardín de una casa y
antes de llegar a la puerta de entrada de la misma, aparece un perro corriendo
a gran velocidad y derechito hacia mí. La puerta se abre y aparece el dueño de
casa.
-Ese perro es de la casa de al lado;
no es mío - me dice el señor.
-Si es locatario o visitante no me
importa. Yo no vengo a jugar un partido de fútbol con el perro - le retruco.
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