Gracias Língula
Tengo una vecina, divorciada, 34 años, que está divina y con la cual tenemos buena onda, que la otra tarde cayó por casa con cara desencajada y me dijo:
- Vos disculpame, pero llegué a casa con unos deseos enormes de salir de noche a divertirme, emborracharme, tener sexo, mucho sexo, de todas las maneras posibles. ¿Esta noche estás ocupado?
- ¡¡Claro que no!! respondí lo más rápido que pude.
- Entonces, ¿me podés cuidar al nene?
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