In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.

jueves, 25 de abril de 2013

La historia del inodoro

Con colaboración especial de Carlitos La galanga pone a disposición de su exclusivo público lector una serie de ensayos que tienen muchísimo que ver con nuestro pasquín.
Acá el primero de ellos.

La historia del inodoro



Desde que los seres vivos arribaron al planeta permanentemente dejaban sus deshechos y sus materias fecales a nivel de tierra. Durante mucho tiempo los desechos fecales eran realizados en espacios abiertos o en los domicilios y luego lanzados a las calles, con previo aviso, pero esta acción era insalubre para las
personas y poco higiénica. Teniendo en cuenta que cada persona, al día, desprende un litro y medio de orina y unos ciento cincuenta gramos de deshecho sólido, aproximadamente unos 50 kilogramos, y 540 litros por año. El hombre se ha encontrado con un problema que enunciaba en forma de pregunta: ¿dónde depositarlos?. Un tema como cualquier otro, salvo que mas importante. Hace más de 4.000 años los cretenses ya aplicaban en el palacio real de Cnossos una especie de inodoro. Constaba de una cisterna, tazal y canal de desagüe, pero el progreso de la redes fue lento. Solo hace dos siglos que las cloacas sirven a domicilio privados. Durante cuatro milenios los orinales eran volcados a la calle, previo aviso. Los próceres del higiénico cambio fueron : Sobre todo el ingles John Harington (poeta), quien en 1597 desarrollo el water closet de válvula, que bautizo Ajax y fue instalado en el palacio de Isabel I en Richmond. En 1775 John
Cummins patentó un W.C. de cisterna, perfeccionado en 1778 por Samuel Prosse con su válvula esférica. Setenta años después, en virtud del acta de Salud Pública inglesa, se obligó a instalar en todas las casas que se construyeran un servicio de inodoro. Hacia 1890 ya había triunfado en toda Europa. El artefacto ha recibido en el mundo todo tipo de denominaciones, a menudo extendidas al local en que se instala. Los campesinos ingleses siguieron llamándolo John, en homenaje al poeta inglés, John Harington que indudablemente fue su precursor. Erasmo de Rotterdam, el erudito humanista del siglo XVI, que escribió uno de los primeros libros de etiqueta de la historia, nos aporta algunas de las primeras normas escritas de conducta para el “cuarto de baño” y las funciones corporales. Nos advierte que “es descortés saludar a alguien mientras esté orinando o defecando”, y en lo que se refiere a soltar ventosidades recomienda que se “disimule con una tos el estruendo explosivo... Sígase la ley de sustituir los pedos por toses”. La historia del “cuarto de baño” tiene su comienzo en Escocia hace diez mil años. Aunque el hombre primitivo, consciente de la toxicidad de sus desechos, se instalaba cerca de alguna fuente natural de agua corriente, fueron los habitantes de las islas Oreadas, frente a la costa de Escocia, quienes construyeron los primeros sistemas tipo letrina para alejar de sus hogares los desechos. Una serie de toscas construcciones iban desde las viviendas de piedra hasta los torrentes, lo que permitía satisfacer las necesidades en el interior en vez de tener que salir al exterior. En Oriente, la higiene era un imperativo religioso para los antiguos hindúes, y en una época tan lejana como 3000 a.C. muchas casas
poseían ya instalaciones sanitarias privadas. En el valle del Indo, en Pakistán, los arqueólogos han descubierto baños públicos y privados provistos de cañerías de barro cocido incrustadas en obra de ladrillo, con grifos para controlar el agua. Los baños primitivos más perfeccionados de la antigüedad fueron los de las familias reales minoicas en el palacio de Cnossos, en Creta. En el año 20000 a.C., la nobleza minoica disponía de bañeras que se llenaban y vaciaban mediante tuberías verticales de piedra con junturas cementadas. Con el tiempo, fueron sustituidas por tuberías de cerámica esmaltada que se unían entre sí de modo muy parecido a las actuales. Por estas tuberías circulaba agua caliente y fría, y sus conexiones arrastraban los desechos lejos del palacio real, el cual disponía también de un retrete con un depósito encima, lo que permite clasificarlo como el primer water con cisterna en la historia. El depósito estaba destinado a. recoger agua de lluvia o, en ausencia de ésta, a ser llenado manualmente con cubos de agua sacada de una cisterna cercana. La tecnología del cuarto de baño evolucionó entre los antiguos egipcios. Hacia el año 1500 a.C., las casas de los aristócratas egipcios contaban con tuberías de cobre por las que fluía agua fría y caliente, y el baño corporal completo formaba parte de las ceremonias religiosas. Curiosamente, a los sacerdotes se les exigía
tomar cuatro baños fríos completos al día. Los judíos otorgaron aún mayor importancia a los aspectos rituales del baño, pues según la ley mosaica la limpieza corporal equivalía a la pureza moral. Siguiendo las normas dictadas por David y Salomón, aproximadamente desde el año 1000 hasta el 930 a.C., se construyeron en toda Palestina complejas obras públicas para el suministro de agua.

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