Ecos de una elección

por Mínimo Gurméndez

Esto es bien fácil: si la nota se refiere a algo sencillo, con poca animosidad: se encarga Máximo. Pero si el asunto es peliagudo, difícil, donde no es fácil sacar conclusiones y mucho menos que conformen a todos, esa me toca a mi.
Pero no le hago asco al desafío y lo encaro de frente.
Empiezan a decantarse los revoltosos ríos y su agua, más clara, permite ver el fondo.
En este contexto haré algunas observaciones sobre las elecciones nacionales.
En primer lugar el descrédito de las encuestadoras: todas las empresas de encuestas le erraron por amplio margen. Excepto nuestra empresa líder Gallup & Kétchup, que pronosticó con firmeza el resultado, el resto no pegó una. Lo único que si dijeron es que había segunda vuelta, cosa que Iara Lua (4 años) lo afirmó hace ya varios meses andando en calesita ("una vuelta no; dos" gritaba).

Cuando todas las encuestadoras (y pongo a la del discapacitado auditivo Gonentras de Dígito como ejemplo) se empecinaron en darle al Fondo Angosto menos del 42% de los votos (y siempre a la baja) el resultado fue que "despertaron al mamado": obligaron a trabajar a dirigencia y militancia por un triunfo que ellos les decían era imposible. No hay nada peor que dormirse en los laureles creyendo que está todo hecho. "El Fondo gana si nosotros lo hacemos ganar" se escuchaba en los altos círculos políticos de la izquierda. Con todo, a la población más voluble, le costó masticar los pronósticos de las encuestas que, con infinita alegría, difundían todos los medios. El desánimo no es una virtud, pero tampoco es un defecto. El desánimo le viene al más común de los mortales cuando le convencemos que todo está perdido. Para el futuro: no hay que dejarse engañar por estos cantos de sirena con visos falsos de Ciencia, Técnica e Imparcialidad.
Otro asunto fue la nueva caída del Partido Bermellón: quedó holgado en un tercer y alejado lugar en todos los departamentos (aparentemente solo Salto lo contempló en 2º lugar con la mitad de los votos del Fondo Angosto). Y esta vez no fue la crisis del 2002, ni los dichos de Valle (el argentino llorón) o de Sangrinetti. Esta vez se lo deben pura y exclusivamente a la estrategia diseñada por su líder Bordaybarre; estrategia electoral pero principalmente estrategia pre-electoral, es decir, el día a día de la política nacional.

Algo que quizás sea la señal más importante de estas elecciones fue la inmediata voltereta política de Bordaybarre y Corpinho. Todavía no se les había secado las lágrimas de los ojos de los votantes bermellones cuando Bordaybarre y Corpinho ya estaban en el estrado con Lavenida Junior y Lalagaña, tratando de lograr esas mayorías electorales que denostan en el Fondo Angosto y que a ellos les son tan esquivas. No entiendo porqué no se dejan de joder y se juntan como partido de derecha y chau. Ya es la tercera elección que los ve unidos en el ballotage, pasándose la mano en la espalda y haciéndose mimos. ¿No es hora de sincerarse ante el elector uruguayo y mostrarse así, tal cual son?
Pero esta elección nos ha traído más ecos. Muchos, muchísimos lectores de este pasquín deseaban en su fuero más íntimo que el Licenciado Pablo Meares, del Partido Independiente-de-si-mismo no ganara su anhelada banca del Senado. Su actitud soberbia y despreciativa con el resto de la gente (justamente la mayoría del electorado) lo hacían blanco de nuestro propio desprecio. La campaña electoral, con su Juan Clasemedia a la cabeza, acentuaron esta sensación. Todos nos imaginábamos como iba a ser la vida parlamentaria si el Fondo no tenía la mayoría (tan agraviada por Meares): una verdadera vedette paseándose por los pasillos esperando que le suplicaran su necesario apoyo. Ahora, con mayorías propias del Fondo Angosto, me imagino las plumas deshilachadas de una vedette que no llegó a ser primera bailarina.
Y hay más para esta elección. Porque además se votaba el Si a la Baja. Y aunque no fue votado por la mayoría (y por tanto NO salió, y una medida tan regresiva como ella deberá quedar archivada en el cajón de los malos recuerdos) metamos en nuestras cabezas que más de un millón de personas lo votaron. Es una señal. Bordaybarre nos dice que, como un millón de personas lo votaron, aunque no se haya llegado a la mayoría absoluta, debemos actuar en consecuencia y votar leyes en ese sentido. Cuando los que votábamos la anulación de la Ley de Impunidad (que no protege niños ni adolescentes sino viejos torturadores y asesinos) no logramos esa mayoría pero tuvimos una excelente votación, ¿Bordaybarre y los demás nos tuvieron en cuenta y se sensibilizaron de nuestro pedido multitudinario? No. Pero nosotros sí tenemos que entender esas señales y analizarlas y trabajar bien en ese sentido.
Y por último, quizás por ahora, reflexionar en lo caro que resulta mantener una democracia. Caro literalmente. Se gastaron millones de pesos (miles de árboles talados) para hacer las hojas de votación que luego se tiran a la calle. ¿Cuántos cuadernos se podrían haber hecho con ese papel? Se movilizaron miles de policías, militares, funcionarios públicos para hacer funcionar el engranaje electoral. Se utilizaron salones de escuelas y liceos; clubes sociales y deportivos; varios etcéteras, para tener el lugar disponible donde votar. Y luego se les paga otra millonada a los partidos políticos según su caudal de votos para tener dinero fresco para las campañas electorales que ya hicieron (por ejemplo al PERI, que no sacó ni un diputado y que no hizo ni una pancarta, le tocaron U$S 180.000). Sin embargo pago esa plata con gusto. Es caro; si. Pero es lo que vale mi voto.



Y para los que como yo, nos acostumbramos por años a leer entrelíneas lo que venía escrito porque a la dictadura se la burlaba así (y se la burlaba en serio) les dejé una lectura entrelíneas de mi penúltimo parecer. Encuéntrenla

Comentarios

Excelente MGM, como de costumbre. Acá hubo un sesgo tendencioso del aparato empresarial-encuestador hasta demostración de lo contrario, es claramente la hipótesis mas evidente. Habra que pelearla desde adentro para que Bourbon y Manido Gastori aflojen la pedantería y no se vayan demasiado a la diestra.Con todos los dislates que uno que esta afuera lee y ha oído estos anios al volver, el resultado fue asombroso. (Algunas enies y tildes faltan, no por estulticia o ignorancia sino por teclado inapropiado).