La galanga: Treinta años de vedas

viernes, 24 de octubre de 2014

Treinta años de vedas

La frase del viernes. Por Abelardo Abelenda.

Hoy empieza la bendita veda política, que permite reflexionar y escuchar un poco más de música en las radios y menos jingles. Pequeñas reflexiones sobre la veda.

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Ya llevo disfrutando como siete vedas de corrido, por suerte ininterrumpidas desde el ´84 hasta hoy. Cuando era chico en la dictadura había veda política. Esta era permanente. El tiempo para la reflexión duró 11 años.

Hubo un tiempo en que la dictadura también impuso veda de carne en Montevideo. Los más jóvenes se reirán, ahora que somos el país con más consumo de carne per cápita, donde hay más vacas que gente, no se podía comer carne. No recuerdo cual era el motivo pero no se podía. En el interior si se podía vender y comprar, por lo tanto empezó una suerte de contrabando interno.

El "Bebe" hizo su zafra yendo dos veces por día en los ómnibus de Onda a comprar carne a Durazno. Venía con los bolsos llenos y vendía en el barrio. Eran famosos los asados del club 25 de agosto en plena veda. Dicen que una vez vino un milico amigo del club a alertar que achiquen con el asado, que se veía y olía desde la calle Rivera. El "Bichito" agarró su primer conchabo como "delivery" de la carne que traía el Bebe. Con 15 años, venciendo su timidez salió a patear veredas y así se hizo sus primeros pesos.

En el 2002 también hubo veda, de carne y de leche. No por que estuviera prohibida, sino porque el precio era prohibitivo para mucha gente, que sencillamente no podía comprar nada porque no tenía con qué. Con la comisión de fomento de la escuela Simón Bolivar y los veteranos de basquetbol del club Tabaré se organizó un merendero. Si, aunque usted no lo crea, un merendero en pleno Parque Batlle, lindante con Pocitos. Los viejos del club no daban crédito, tan bajo no podía haber caído la sociedad. Con el tiempo entendieron que era necesario. Muchos niños y muchas madres se juntaban, jugaban, compartían las penas, una chocolatada y unos panes con manteca en torno a la cancha del fondo del club del indio.

El domingo votamos nuevamente. Vote a quien quiera, pero no desperdicie su voto. No se caliente, con la panza llena es más fácil despotricar contra el gobierno, contra la oposición. Disfrute de la veda que es transitoria. Disfrute su asado del domingo. Disfrute de la herramienta imperfecta y perfectible que es esta democracia que construimos entre todos, desde hace 30 años o más.

Para Abrir la noche
Rumbo