A los 94 años de edad el mundo perdió este fin de semana a Clark Terry, uno de los más grandes trompetistas de la historia del jazz. Un virtuoso que supo combinar un manejo del registro del instrumento con un rango formidable, un fraseo cuasi-vocal inimitable y una capacidad para transmitir su maestría en conocimiento a las nuevas generaciones. Habiendo integrado las grandes orquestas de Count Basie y Duke Ellington realizó una tarea solista, inspirando a otros músicos y en formato de pequeño combo y hasta de dúos magistrales (con Oscar Peterson, por ejemplo) donde mostraba además su fino sentido del humor en sus famosas improvisaciones vocales.
Porque además, fue un fantástico cantante que interpretaba en sus solos cuasi-scat al personaje Murmullos (Mr. Mumbles) realizando proezas de improvisación que parecían letras pero que no decían absolutamente nada y eran hilarantes a la vez que musicalmente perfectas. Maestro también del flugelhorn (gustaba de alternarlos en el mismo tema en call-and-response dúos), supo inspirar y formar a nada menos que Miles Davis y a Quincy Jones. El Tano se saca el sombrero y les deja un par de ejemplos.
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