In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Mujer moderna

Este texto fue un parto; y como parto conducido por partera pedrense, que se inicia como colaboradora.
Así que : de Maitena, Galanga ajena aportado por Liliana



Son las 6 hs. a.m., el despertador no para de sonar y no tengo fuerzas ni para tirarlo contra la pared.
Estoy acabada.
No querría tener que ir al trabajo hoy.
Quiero quedarme en casa, cocinando, escuchando música, cantando, etc.
Si tuviera un perro, lo pasearía por los alrededores.
Todo menos salir de la cama, meter primera y poner el cerebro a funcionar.

Me gustaría saber quién fue la bruja, la matriz de las feministas que tuvo la infeliz idea de reivindicar  los derechos de la mujer y por qué hizo éso con nosotras que nacimos después de ella.

¡Estaba todo tan bien en el tiempo de nuestras abuelas!
Ellas pasaban todo el día bordando, intercambiando recetas con sus amigas, enseñándose mutuamente secretos de condimentos, tucos, remedios caseros, leyendo buenos libros de las bibliotecas de sus maridos, decorando la casa, podando árboles, plantando flores, recogiendo legumbres de las huertas y educando a sus hijos.
La vida era un gran curso de artesanos, medicina alternativa y cocina.

Hasta que vino una fulanita cualquiera que no le gustaba el corpiño y contamina a varias otras inconsecuentes rebeldes con ideas raras sobre “Vamos a conquistar nuestro espacio".
¿Qué rayos de derechos quiso brindarnos?
Ahora ellos están confundidos, no saben qué papel desempeñan en la sociedad, huyen de nosotras como el diablo de la cruz.
Ese chiste, esa gracia, acabó llenándonos de deberes.
Y lo peor de todo, acabó lanzándonos dentro del calabozo de la soltería aguda.
Antiguamente, los casamientos duraban para siempre.
¿Por qué, díganme por qué, un sexo que tenía todo lo mejor, que sólo necesitaba ser frágil y dejarse guiar por la vida, comenzó a competir con los machos?
Miren el tamaño del bíceps de ellos y miren el tamaño del nuestro.
Estaba cantado, éso no iba a terminar bien.

No aguanto más ser obligada al ritual diario de estar flaca como una escoba pero con tetas y cola paradas, para lo cual tengo que matarme en el gimnasio además de morir de hambre, ponerme hidratantes, antiarrugas y demás armas para no caer vencida por la vejez…
Maquillarme impecablemente  cada mañana desde la frente al escote, tener el pelo impecable y no atrasarme con la tintura que las canas son peor que la lepra, elegir bien la ropa, los zapatos y los accesorios, no sea que no esté presentable para esa reunión de trabajo.
No me banco más tener que decidir qué perfume combina con mi humor, ni tener que salir corriendo para quedarme embotellada en el tránsito y tener que resolver la mitad de las cosas por el celular, correr el riesgo de ser asaltada, de morir embestida, instalarme todo el día frente a la PC laburando como una esclava  (moderna, claro), con un teléfono en el oído y resolviendo problemas uno detrás de otro, para salir con los ojos rojos (por el monitor, claro, para llorar de amor no hay tiempo).
Estamos pagando el precio por estar siempre en forma, sin estrías, depiladas, sonrientes, perfumadas, uñas perfectas, sin hablar del currículum impecable, lleno de maestrías, doctorados y especialidades.                            

Nos volvimos "súper mujeres"... ¡Pero seguimos ganando menos que ellos!
¿No era mejor, mucho mejor seguir tejiendo en la silla mecedora?

¿¿¿Sabés  que queremos las mujeres???
¡¡¡Basta!!!
Quiero que alguien me abra la puerta para que pueda pasar, que corra la silla cuando me voy a sentar, que me mande flores, cartitas con poesías, que me dé serenatas en la ventana.
Si nosotras ya sabíamos que teníamos un cerebro y que lo podíamos usar.
¿¿¿Para quééééé había que demostrárselo a ellos???

¡Ay dios mío!, son las 6:30 am y tengo que levantarme...
¡Estoy abdicando de mi puesto de “mujer moderna”!







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