con aporte de Juan (el Químico Precoz), seguramente escuchado en algún corredor de la MIDU
Dios estaba tratando de terminar su obra y le quedaban algunas cosas por cerrar. Como omnipotente que se creía quería dejar sus reglas e instrucciones dadas.
Y así comenzó una recorrida por los diferentes pueblos.
Dios le preguntó a los romanos:
- Ustedes quieren un mandamiento?
- ¿Cuál sería el mandamiento, Señor?
- ¡No matarás!
- No, gracias. Eso interrumpiría nuestras continuas conquistas.
Entonces Dios le preguntó a los egipcios:
- ¿Ustedes quieren un mandamiento?
- ¿Cuál sería el mandamiento, Señor?
- ¡No cometerás adulterio!
- No, gracias. Eso arruinaría nuestros fines de semana.
Dios entonces les preguntó a los sirios:
- ¿Ustedes quieren un mandamiento?
- ¿Cuál sería el mandamiento, Señor?
- ¡No robarás!
- No, gracias. Eso arruinaría nuestra economía.
Y así Dios fue preguntando a todos los pueblos hasta llegar a los judíos:
- ¿Ustedes quieren un mandamiento?
- ¿Cuánto costaría?
- Nada, es gratis.
- Entonces mandanos diez....
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