El
Papa Vergaglio (o
Pijoglio, como parece ser que se llama) llegó a Brasil y ya demostró lo que es capaz la Iglesia Cristiana. Por ejemplo juntó a más de 3 millones de personas en la rambla carioca. Si, leyeron bien: más de 3 millones. Para nosotros, uruguayos desde el primer día, son números impresionantes. Porque es como si se juntaran TODOS los uruguayos en determinado lugar. Todos: lo taxistas, los canas, los presos, los médicos que están de guardia, los pacientes, las abuelas, los que tienen que ordeñar a las 4 de la matina. Todos. Dejaríamos el país absolutamente vacío. No quedaría nadie; ni para apagar la luz
Pero eso no es todo. Más importante es lo que está logrando.
Imponente: que un argentino sea bien recibido en casi cualquier parte del mundo. ¿Alguien se lo había imaginado?
Y para mejor: que los brasileros quieran a un argentino.
Esto ya entra en las características de MILAGRO.
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