In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.

sábado, 1 de marzo de 2014

La caries de Montevideo y los mercaderes

por Tano de la Mondiola

Cuantas veces pasando en el ómnibus por Avenida Italia (bien apropiado para un Tano) me impactaba esa cosa rara, rarísima para un niño, que era el Assimakos.

Mas adelante, en mi peripecia, de adulto y al volver de visita, noté que en la rutina gris de los años de plomo de la juventud, caminábamos las calles sin mirar para arriba, mas bien mirando para adentro. Y viendo otras ciudades sin carácter por este mundo, y al volver con otros ojos tras una década, uno se empezó a dar cuenta de las joyas arquitectónicas que tiene Montevideo, porque ya podía mirar para arriba. Una ciudad, no lo niego, que sigue siendo una aldea en comparación con otras ciudades de las que tomó ejemplo, pero tiene su carácter, mas rico que el 90 por ciento de las ciudades de Estados Unidos, para poner un ejemplo.

Ese que los mercaderes se encargarán de hacer desaparecer.

Un amigo me envía fotos de la demolición de Assimakos. Veo inmediatamente el paralelo con la “caries” o el “diente hueco” de Berlin. Iglesia destrozada por bombardeos, los berlineses se opusieron a su demolición y allí está como recuerdo de la destrucción de la guerra, ese perpetuo diente careado. Las imágenes hablan por si mismas.



La caries de Montevideo


La caries de Berlin (Kaiser Wilhelm Memorial Church)

Horrores de las guerras y horrores de los mercaderes, ninguna novedad, son éstos los que generan aquellas.

Recojo esta reseña tomando datos de de un articulo de Caro Curbelo. 

El edificio Assimakos, fue obra del arquitecto uruguayo Jorge Caprario (1896 – 1997).
Manuel Assimakos era un fabricante de alfombras que al ver que su negocio prosperaba decidió construir un edificio exclusivo para la empresa. 

La esposa de Caprario y la de Assimakos eran amigas, así fue que una le recomendó a la otra visitar a su marido a ver si le podía dar alguna idea. La solución fue bien recibida y la familia tuvo su original residencia con el sello inconfundible de Caprario en la fachada.

El edificio se mantuvo sin modificaciones hasta que se realizó el ensanche de Av. Italia. Entonces volvieron a llamar al arquitecto para que buscara la forma de adaptar la entrada principal al poco espacio de retiro que les quedaba, corrigiendo desniveles y escalones.
El indio que se dibuja entre las hojas y otros ornamentos es una buena pista para encontrar otras obras de Caprario en la ciudad. En Ellauri y Leyenda Patria está el Edificio “El indio”, una proa de 8 pisos imposible de ignorar.

El edificio fue construido en 1942 y fue durante años propiedad del Arquitecto. 

Tabaré abriéndose paso entre las llamas, enorme y sin duda una de las pocas representaciones de un indio con dignidad que se pueden ver en Montevideo. Ya sé, ese era el indio imaginario del pituco Zorrilla de San Martín, pero que al menos simbolizó una raza a la que su propio partido Bermellón se había encargo de cuasi exterminar...

A no confundir con los otros dos, el que veta y no debate o el que hace dinero con el circo de los 11 millonarios que patean una pelotita.

La fachada fue realizada con una doble pared, dentro de la que se ubicaron luces de color comenzando con rojo, amarillo para el fuego, luego azul y termina en blanco para la estrella superior.

Vayan a verlo, si no han reparado en él, antes que los mercaderes lo demuelan.





Foto de la demolición: Alicia Brassesco

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