In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.

lunes, 12 de octubre de 2015

Para seguir descubriéndonos

por Máximo Gur Méndez

Desde chicos en la Escuela se nos enseñaba que el 12 de Octubre era el Día del Descubrimiento de América. Muy orondos ese día cantábamos el himno y teníamos fiesta escolar.
No sé bien cuándo empezó a cambiar la forma en que empezamos a ver el 12 de Octubre.
Sí sé que Galeano tuvo mucho que ver en mi redescubrimiento, porque en 1971 leí Las venas abiertas de América Latina y a partir de allí las cosas me fueron cambiando.
Asisto con verdadero orgullo a la proliferación de afiches - carteles - pensamientos - citas - etc. en Jetalibro (o Facebook, ustedes vean), en Guá-Sá, en correos, por todos lados, sobre el No descubrimiento de Nada, sino el inicio de una verdadera época de saqueo de toda una civilización cuyo mayor defecto había sido el no haber dominado la pólvora y los viajes transoceánicos. Y esa época de saqueo, que llega hasta nuestros días, se hizo en base a la explotación y exterminio, lisa y llana, de los demás.
La enorme mayoría de los actuales habitantes de América (mucho más del 80%) somos descendientes de inmigrantes: algunos de los europeos que venían por su gusto y otros de los africanos que venían como esclavos. Y como dice el presidente Evo Morales: "En América, cuya población es mayoritariamente inmigrante, nunca tuvimos leyes anti-inmigración".
Si bien es tarde para pedir perdón a los exterminados al menos deberíamos reconocerlos y reconocernos.

Eduardo Galeano, como siempre único, había escrito en su libro Los hijos de los días (Ediciones del Chanchito, febrero de 2012) en la fecha que correspondía a hoy:

12 de octubre.
Día del Descubrimiento.

En 1492, los nativos descubrieron que eran indios,
descubrieron que vivían en América,
descubrieron que estaban desnudos,
descubrieron que existía el pecado,
descubrieron que debían obediencia a un rey y a una reina de otro mundo y a un dios de otro cielo,
y que ese dios había inventado la culpa y el vestido
y había mandado que fuera quemado vivo quien adorara al sol y a la luna y a la tierra y a la lluvia que la moja.

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