por Máximo Gur Méndez
Esta vez le tocó el turno a Pablo Meares, carismático y principal (¿hay otro?) dirigente del Partido Independiente-de-si-mismo. Puntualmente llegamos a su casa donde se estaban desarrollando varias reuniones partidarias: la bancada de parlamentarios, la Comisión de Programa, el Grupo de tareas de propaganda, la Comisión de Campaña Electoral, la de propuestas y la de Damas. El alboroto en su casa era tal que tuvimos que esperar que se fueran esas 8 personas y que dejaran las sillas libres del comedor para sentarnos con nuestro entrevistado.
El dirigente rompió el hielo:
- Ahora, en esta intimidad, podemos empezar con su nota. Que el fotógrafo empiece su trabajo que si las fotos me gustan ya me quedo con alguna.
- Licenciado: esta campaña ha comenzado bastante tranquila.
- Bastante, pero ya hay algunas declaraciones un poco subidas de tono. Pero nosotros, que somos pacifistas de primera línea no vamos a entrar en los agravios. Pero si nos agravian responderemos con fuerza y vigor, porque tampoco somos cobardes .. y les vamos a romper la jeta!
- Parece que el tema Economía es el que más importa.
- Para nuestro grupo, que por definición es neoliberal y de derecha, la Economía exige sacrificios por parte de los más para hacer crecer la torta. Cuantas más migajas, más se come.
- Bueno, eso seguro va a encontrar resistencia de los gremios.
- De ninguna manera. Nuestro partido, que es la verdadera izquierda nacional, defenderá las conquistas de los trabajadores con ahínco.
- ¿Y eso como lo tomarán los empresarios?
- Ya lo hemos hablado con ellos. El Partido, que como todos sabemos es de Centro, va a poder congeniar todos los intereses nacionales.
- ¿Qué le podríamos decir al elector de nuestro país?
- Que si es de derecha y busca un partido que lo represente, nos vote. Que si es de izquierda y está desencantado del Fondo Angosto, nos vote. Que si es de Centro porque ni fu ni fa, nos vote. Que si no le importa la política, nos vote. ¡¡Que alguien nos voteeeee!!
- ¿Y en cuanto a la Iglesia?
- Ah, no; disculpe: soy ateo. ¡Gracias a Dios!
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