Por Tano de la Mondiola
24 de Junio. San Juan. El onomástico de mi abuelo y mi tío. Al menos para los italianos del sur, los de la montaña, el cumpleaños no contaba o directamente no lo sabían. O sea, se les celebraba el santo, el onomástico. Gran día de fiesta y de fuego en otras culturas también dominadas por el Catolicismo (por ejemplo, Valencia y sus fuegos y Quebec, Canada).
Quiso la coincidencia que ese es el día en que murió don Carlos Gardel y en el que lo recordamos. Es irónico recordar a la gente por el día que se muere y no en que nace, pero en este caso esto ultimo es incierto y así quedaron las cosas. Este 2015 es especial puesto que además se cumplen 80 redondos del tonto accidente que se lo llevó y 100 de su debut uruguayo. Me tienen un poco harto con los conflictos por la nacionalidad, como si eso importara ante un genio. Creo que hay evidencia de que es hijo de Escayola, que mintió en los documentos por estar en jodas de estafas y que Delfino convenció a Berta de mentir para agarrar la herencia y los derechos de autor. Pero eso no cambia los hechos más importantes. En cualquier caso el tipo se crió básicamente en Buenos Aires, hablaba como porteño y triunfó allí. Además, francamente, no sé realmente qué habría sido de él si se hubiera quedado en Uruguay (piénsese, siempre hablando del tango, en Julio Sosa y Francisco Canaro por ejemplo y en tantos otros en música, teatro, etc. que tuvieron que rajar para no correr la coneja). El paisito ha sido siempre amargo para defender sus talentos...
Con perdón de los lectores y de Carlitos, va este humilde homenaje.
El Día que me quieras. Gardel y Lepera, versión del Tano
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