Por Abelardo Abelenda
Volver a andar en bicicleta me hizo recuperar viejos sueños andariegos. Viajé
parado en los pedales disfrutando de la nueva y excelente ciclovía del corredor
Garzón.
De esta nadie habla.
El viento en la cara
Pasacalles de largada
los boliches de Garzón
hirviendo en presagios y apuestas
Caramañolas, morral de la fiereza
Corazones que explotan de tanto bombear
Patinazo y rodada, repecho y bajada
Se angosta la curva se salta la vía
Patinazo y rodada, se salta la vía
los boliches de Garzón
hirviendo en presagios y apuestas
Caramañolas, morral de la fiereza
Corazones que explotan de tanto bombear
Patinazo y rodada, repecho y bajada
Se angosta la curva se salta la vía
Patinazo y rodada, se salta la vía
(de Fernando Cabrera)
El Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de la Intendencia del fin de
siglo pasado ya proyectaba ciclovías siguiendo las grandes avenidas troncales de
Montevideo.
Por el año 2005 la gente de una ONG que está trabajando a favor de las
ciclovías se entrevistó con un flamante director de transporte de la
Intendencia de Montevideo. El jerarca --que venía del sindicalismo en el
transporte como casi todos los últimos directores de transporte-- le espetó a
los jóvenes ciclistas que por culpa de las bicicletas, en el 2002 se habían
perdido 1 millón de boletos de ómnibus (¿?).
Según manifestó este jerarca, un ciclista es alguien pobre que no tiene
para pagar el boleto. Por lo tanto la política debería ser levantar el
sueldo de los obreros y estudiantes, para que se puedan movilizar en ómnibus.
Siguiendo este razonamiento, se me ocurrió que podría ser un buen modelo de
desarrollo para la ciudad de Montevideo, elevar el sueldo de todos los montevideanos
para que todos puedan ir a vivir a Pocitos. De paso cañazo resolvemos juntos
dos problemas: vivienda y locomoción. Hacemos
un solo gran edificio, el mas alto del mundo y ponemos una frecuencia del 121 cada 2 minutos, como si
fuera un gran metro-sobre-ruedas. Así ya no tendremos que andar complicando con
corredores-garzones y meternos en tantos líos.
Pasaron casi 15 años del POT y de las ciclovías solo tenemos las sendas
SOLOBUS, que no son para eso pero facilitan la circulación de las bicicletas y a su vez las excluyen del sistema.
Si querés ciclovías anda a Buenos Aires. Macri, instaló una red de
ciclovías muy buena con un damero que atraviesa toda la parte central de la
ciudad, con servicio de bicicletas públicas incluído. Nuestros vecinos
porteños, de los que despotricamos tanto, también hacen cosas dignas de imitar.
Ya me calenté. Me voy a refrescar con el viento en la cara de Mateo y Cabrera.
El Viento en la Cara
(de Fernando Cabrera)
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