Luego de
la desilusionadora experiencia ministerial con el chileno Jorge Vendegas (que
dijo emocionarse con los goles de Suárez, cuando cualquier nabo
sabe que Suárez casi no hace goles para la
Celeste), el Partido Bolcheviacá ha nombrado sucesora. No fue
fácil. Y no por falta de
personas a quien elegir, ni porque fueran tantas que no sabían a quien dárselo.
El asunto
eran que no se podía elegir de nuevo un
extranjero.
La
galanga está en condiciones de difundir el
procedimiento que se tuvo en práctica para cerciorarse de que
la persona de marras es auténticamente oriental (de acá).
- Se le pide la cédula. Si en lugar de nacimiento dice cualquier otra cosa diferente a "República Oriental del Uruguay" o está borroneado o se nota que está escrito con birome encima, pasá al paso siguiente.
- Se lo cita para hacerle preguntas. Estas pueden ser algunas o todas las siguientes (para casos muy difíciles)
- Nombre a alguno de nuestro próceres patrios. No se tomarán en cuenta los apodos o los errores como ser Fructuoso Oribe.
- Comience a cantar: "Si el pampero la acaricia, la acaricia ..." y nótese la cara del interlocutor. Si pone cara de escolar saliendo al patio o si pone cara de ¿qué carajo es esto?
- Ofrézcale dándole a elegir entre un chivito canadiense con fritas, cholgas a la provenzal o lehmeyun. Note las reacciones de familiaridad con el alimento.
- Deje la tele prendida como al pasar con un programa de Tinelli, Don Francisco o CNN en inglés. (El oriental debe elegir Tinelli, sólo un viejo como yo puede preguntar por Telecataplum).
- Cántele al oído "Peñaroooolll, Peñarooolll" Si lo acompaña sacándose la camiseta y revoleándola o le pega una piña en los riñones gritándole "dale bolso, nomá!!!" es un punto a favor de la orientalidad. Si lo mira con cara de signo de interrogación, desconfíe.
Nada de
esto es infalible, pero seguramente el candidato tendrá más chances de superar la prueba
de la uruguayés que le realizan los parlamentarios bermellones Amorir y Querido.
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