Se viene la noche de la nostalgia. Y se me dio por recordar algunas trivialidades de la época de los 12-13 años. Cuando en Montevideo Mateo y su Kinto con Rada, los Fatto y otros revolucionaban la música y en Buenos Aires, Lito Nebbia y el Flaco Spinetta hacían lo mismo, en las radios resonaban las porteñadas pegadizas. Y uno no tenía otro acceso a la música y tenía, por la edad, poco poder discriminante. Es por eso que muchas de esas pavadas están allí en la memoria. Un día con la Tana, así, de repente nos pusimos a cantar esas cosas y a reírnos. Y ya que llega la fecha de marras, porque no dar rienda suelta al botijita que todavía llevo por ahí adentro. Es así que aquí les va una de aquellas porteñadas. Hasta la Tana se sumó en los coros.
In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent
galanga (diccionario de la real Academia Española)
3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.
jueves, 21 de agosto de 2014
Naufragando en la nostalgia
Por Tano de la Mondiola
Se viene la noche de la nostalgia. Y se me dio por recordar algunas trivialidades de la época de los 12-13 años. Cuando en Montevideo Mateo y su Kinto con Rada, los Fatto y otros revolucionaban la música y en Buenos Aires, Lito Nebbia y el Flaco Spinetta hacían lo mismo, en las radios resonaban las porteñadas pegadizas. Y uno no tenía otro acceso a la música y tenía, por la edad, poco poder discriminante. Es por eso que muchas de esas pavadas están allí en la memoria. Un día con la Tana, así, de repente nos pusimos a cantar esas cosas y a reírnos. Y ya que llega la fecha de marras, porque no dar rienda suelta al botijita que todavía llevo por ahí adentro. Es así que aquí les va una de aquellas porteñadas. Hasta la Tana se sumó en los coros.
Se viene la noche de la nostalgia. Y se me dio por recordar algunas trivialidades de la época de los 12-13 años. Cuando en Montevideo Mateo y su Kinto con Rada, los Fatto y otros revolucionaban la música y en Buenos Aires, Lito Nebbia y el Flaco Spinetta hacían lo mismo, en las radios resonaban las porteñadas pegadizas. Y uno no tenía otro acceso a la música y tenía, por la edad, poco poder discriminante. Es por eso que muchas de esas pavadas están allí en la memoria. Un día con la Tana, así, de repente nos pusimos a cantar esas cosas y a reírnos. Y ya que llega la fecha de marras, porque no dar rienda suelta al botijita que todavía llevo por ahí adentro. Es así que aquí les va una de aquellas porteñadas. Hasta la Tana se sumó en los coros.
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