La frase del viernes. Por Abelardo Abelenda.
Somos un pueblo sufrido, acostumbrados a la lucha de largo aliento, de resistencia, con contra ataques y zarpazos fulminantes. En el fútbol y en la vida somos rebeldes y tenaces. Desde la época de la independencia, pasando por los olímpicos, los mundiales del siglo pasado y la lucha contra la dictadura.
Ser, existir, seguir luchando y estar cada tanto en alguna fiesta es nuestro mayor triunfo.
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Vamos a clasificar al mundial, pero nuestro camino es en repecho. Hace 4 eliminatorias en las que el repechaje está asegurado. Lo más increíble es que en esta última edición, mejoramos e hicimos un punto más que en la anterior y además terminamos 3 puntos más cerca del primero, pero igual quedamos quintos. Los demás mejoraron, se entreveraron y la tenemos que seguir peleando.
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La nacionalidad oriental se empezó a gestar en una derrota. El Éxodo del Pueblo Oriental, la "redota" como le decían los paisanos, fue el primer repechaje que tuvimos que encarar los orientales para clasificar en el nuevo mundial de los libres. En 1811 no tuvimos que ir a Jordania pero fuimos al lejano Salto Oriental. Varios días de viaje y no en avión precisamente. Preferimos dejar las casas abandonadas, quemar todo antes que arriar las banderas o mal negociarlas con el enemigo.
La prueba de nuestra resistencia y tesón está en que somos la única provincia que Argentina no pudo retener y la única colonia que el imperio del Brasil no pudo reconquistar.
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Somos de los pocos equipos en América que les jugamos de igual a igual a nuestros vecinos, cada tanto les faltamos el respeto y les ganamos. En casa o a domicilio.
Estamos sextos en el ranking FIFA, posición impensada 10 años atrás. También tenemos problemas, como dijo aquel filósofo: "problemas tenemos todos". En el centro de la cancha, en la retención de pelota, en los pases, tenemos carencias que hay que mejorar. Hay que afianzar a uno o dos jugadores que paren la pelota, piensen, miren a los costados, la cambien de lado, y eso no es fácil.
A lo largo de la historia hemos tenido algunas victorias resonantes y muchísimas derrotas. Nos sentimos orgullosos si la derrota es digna, peleada hasta el final. Sabemos que en esa derrota digna se está forjando nuestro renacer, fortalecidos.
Igual que dijo el maestro Tabárez: "yo soy hincha de los perdedores que se transformaron en ganadores después de haber perdido".
Si quieren acompañar con música, recomiento "Descolgando el cielo" de Pitufo Lombardo en:
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