Solo La Galanga puede ser un catártico de sus penas
Penas, penurias, pesares
por Cadorniano
Estoy triste y calladito como lechuza en panteón,
mi querido Peñarol no le gana ni al Chumbito.
El Palchueco, pobrecito, no puede meter un gol,
porque le molesta el sol, o al arco lo ve chiquito.
El Soloyeta está frito, le hace falta Tylenol.
Al glorioso mirasol, no lo pinta ni el Mefisto.
Como si esto fuera poco, y mi dolor aumentar,
se nos quiere jubilar y quedar fuera de foco,
un Tucoño que hace poco, era mi fija papal.
A este hombre sin igual, a los rosados convoco,
al Fondo Angosto provoco,
que un tipo tan integral,
aunque crean que estoy loco, junto al Tete debe estar.
Me dan ganas de llorar, los hermanos argentinos,
algunos locos cretinos, quieren los puentes cortar.
Tendrían que razonar y no actuar con desatino,
Deben ser buenos vecinos, no dejarse manijear.
El turista quiere andar, sin piedras en el camino.
No destruir el turismo por derecho a protestar.
El bajón de Peñarol, el Tucoño y piqueteros,
me ha creado un desespero, que lo curo con alcohol.
Que me de baños de sol, en pelotas y sin sombrero,
me aconsejó un compañero, bolsilludo tricolor.
Pero yo tengo temor y andar vestido prefiero,
pues debe ser algo fiero, quemarte como un tizón.
Desde Australia y sin aviso, mi hermanita me cayó.
Que desgracia tengo yo, que bruja el daño me hizo,
cuanta plata ahora preciso, la puta que lo parió.
Ya todo un mes se quedó, será el diablo que lo quiso.
Ahora me siento indeciso, con dos valijas llegó,
sus cosas acomodó y no pidió ni permiso.
Vivo en un mar de amargura, no sé lo que voy a hacer.
No me quiero enloquecer, ya no estoy para aventuras.
Mi mente no está segura, todos me quieren joder.
La galanga puede ser, lo que mi ansia procura:
Una diarrea asegura y
alivia mi padecer,
y hará desaparecer, la mierdas que me tortura.
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