por Máximo Gur Méndez
Así nos pasa siempre y así nos pasará hasta que terminemos con esta odiosa práctica de hacer que los Sabios se retiren de sus lugares de dirección en el mejor momento de su carrera: cuando por la edad a la que han llegado tienen más tiempo libre que el común de los mortales, que se las pelan para conseguirse el salario mensual.
Y así, una vez más, en vez de contar con la invalorable lucha evangelizadora de Monseñor Nitocás Tucoño, al cumplir algún añito más de edad que 60, con la lucidez intacta (o por lo menos igual de reaccionaria que desde siempre), tiene que pasar a retiro espiritual como el nunca tan bien ponderado Papa Rapázinger.
¿Y ahora qué?
Y ahora el descontrol.
Ahora el matrimonio entre seres del mismo sexo o peor aún: el NO-matrimonio entre seres de cualquier sexo.
Ahora la Dictadura de la Democracia (Sic; Nitocás Tucoño dixit) resolviendo entre los hombres y mujeres de nuestro país lo que está reservado para los Dioses o sus enviados a la Tierra como él.
Ahora el aumento de las violaciones a las mujeres porque se visten de manera escandalosa cuando deberían de haber escuchado más a sus abuelas en cómo comportarse (Sic; Obispo Monumento Conagua dixit en Salto).
Ahora el silencio de La galanga (o tendremos que buscar otra cosa para caerle).
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