Desde la lejana Cantabria, MaríaJesús nos envía este cuento. Por respeto a su procedencia e idioma de origen lo dejamos en su inmaculado castellano. Sirve además para ver lo diferente que hablamos ellos y nosotros.
Gracias MaríaJesús
Los recortes
Un hombre está en una gasolinera, repostando su depósito, pagó su gasolina y se compró un refresco. Se quedó un rato, apoyado sobre su coche, para beberse su refresco y observó a dos hombres que estaban trabajando a lo largo del arcén de la carretera.
Uno de ellos hacía un hoyo de 70 u 80 cms. de profundidad y
continuaba hacia delante. El otro venía detrás de él y rellenaba el hoyo.
Los dos hombres pasaron por delante de donde estaba el
hombre del refresco y continuaron a lo largo de la carretera. Este último pensó...
"No puedo aguantar esto", tiró el bote al contenedor de la basura, y
se dirigió por la carretera hacia los dos hombres.
"Esperen, esperen un momento", dijo a los hombres.
"¿Me pueden explicar que es lo que están haciendo, con todo esto de
excavar y rellenar los hoyos?"
"Pues mire Vd., trabajamos para el gobierno, y
simplemente hacemos nuestro trabajo", dijo uno de los hombres.
"Pero uno de Vds. está cavando un hoyo y el otro lo
está volviendo a rellenar. No están produciendo nada. ¿No creen que están
derrochando el dinero de los contribuyentes?"
"Vd. no lo entiende, señor", dijo el otro hombre,
apoyándose en su pala y secándose el sudor. "Normalmente somos tres los
que trabajamos: Pepe, Juan y yo. Pepe excava el hoyo, Juan mete el árbol en el
hueco, y yo vuelvo a rellenarlo con la misma tierra que hemos sacado".
"Debido a los recortes, han despedido a Juan... Así que
ahora solo quedamos Pepe y yo"
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