por Máximo Gur Méndez
"Renovarse es vivir". Eso dice el refrán.
Algunos lo han entendido tan así que en las últimas elecciones se han renovado.
Por ejemplo el Cuquito Lavenida Junior presentó su muchachito alegre y positivo. Y le fue muy bien. Porque de no haber sido por eso ¿alguien cree que los pálidos habrían sacado el 31%?
Otros, como Pedro Bordaybarre, renovaron los candidatos a la Vice. Pasaron del fóbal de Hugo Demeón a la Intendencia Inmaculada de Salto de Corpinho. De fóbal, por razones bien obvias, no voy a opinar, pero de Corpinho si: en Salto, donde fue la mejor votación del Partido Bermellón en todo el país, Bordaybarre - Corpinho sacaron la mitad de los votos que el Fondo Angosto.
Pero las bancas parlamentarias también se renovaron.
Y en esas sí que La Galanga se ve perjudicada.
¿De dónde vamos a sacar material para mantener nuestra galanga viva? ¿Qué será de nosotros sin Boborsari, sin Analía, sin Alfredo Lunari, sin Eleuterio, sin Gallonal?
Por suerte Penadás y Pope Masquet pellizcaron banca en diputados (aunque su intención era obviamente re-elegirse en senadores) y el comprometido Meares logró su ansiada banca acolchonada senaturial.
Y bueno, habrá que agudizar el ingenio
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