Aprovechando que estamos en veda, se nos ocurre comentar sobre la forma curiosa en que evoluciona la lengua de todos los días. Más precisamente me refiero al uso de determinados vocablos con significados diferentes o a la utilización de interjecciones que van cambiando a medida que transcurren los años. No me detengo aquí y dejo de lado el empobrecimiento general de la lengua escrita propiciado por el uso de los celulares.
He notado al hacer estos comentarios en el Uruguay, que alguno de estos cambios en el lenguaje coloquial no son notados claramente por los integrantes de la sociedad en la que están ocurriendo.
Esto es fácil de explicar, tampoco solemos darnos cuenta de que estamos envejeciendo porque todo los días nos vemos al espejo y no notamos los cambios mínimos pero acumulativos; hasta que un día vemos una foto que alguien nos sacó desprevenidos y nos cae la ficha.
En tal sentido a veces la vida hace experimentos interesantes y aísla y congela la lengua cotidiana en el tiempo y nos permite compararla con la lengua que fue evolucionando.
Es precisamente el caso de mi señora y de quien escribe que desde hace 25 años hablamos en casa en el extranjero como hablábamos y se hablaba en el Uruguay en la generación anterior. Y seguramente es el de tantas otras parejas en similar situación. Cuando vamos a visitar a nuestra familia todas las diferencias en la manera de hablar nos resultan cristalinamente evidentes.
Y constatamos, sobretodo en gente que tiene menos de 40 años (pero también en los de 50) la pérdida casi absoluta de la interjección "ta".
Ha sido sustituida en su mayor parte por la interjección "dale". Por ejemplo ante una pregunta :
-Nos vemos a las ocho?
La respuesta solía ser,
-Ta!
Ahora es,
-Dale!
Usadas ambas con el mismo sentido que los españoles le adjudican al: "vale!"
El "ta" era un elemento importante de la identidad oriental, era la muletilla que vendía a cualquier yorugua que fuera a Buenos Aires, tratara de pasar inadvertido y se descuidara un segundo.
Fíjense que clara es la desaparición del "ta" en la visión aguda de un argentino. Antes si tenías que satirizar o caricaturizar a un oriental tenías que comerte alguna ese y usar las interjecciones "ta" y "bo" o decir "guambia". Y habrán notado que en la maravillosa parodia de un uruguayo típico que hace Capusotto, en donde encuentra exactamente todos los modismos y usos que difieren en las dos orillas, el "ta" ya no "ta". James Bo y sus secuaces no dicen "ta". El "ta" ya no identifica.
Sin entrar por razones obvias en el lenguaje y jerga específica de los adolescentes, que ya sería todo otro tema diferente, otras cositas que hemos notado es el uso de "aguarde" por "espere" y el uso excesivo del adverbio puntualmente. La primera vez que una empleada de una tienda me dijo "aguarde", pensé que me estaba tomando el pelo.
Otras nuevas joyitas que oímos son palabras nuevas o usos nuevos de estas, como "pirado" "zarpado" y "salado"; giros como "al palo", "lo tapó el agua", " 'tamo en el horno", "más vale", "palmó y piró" y "a ver": esta última con el sentido de " 'perá un poquito" o "vamos por partes" en mi lengua arcaica.
Y el “Vapai”?..... que significa “totalmente de acuerdo”. "Está demás” o solamente “demás” que significa que está buenísimo!
"Espectacular" sustituyó al "bárbaro" y "tal cual", que solía ser usado por mis padres pero no por nuestra generación, volvió a "tallar".
Y el "no, no, no...muy fuerte" que oímos con frecuencia y asombro. Y sin duda tantas otras que no recuerdo.
¿Qué pasó con el "ta"? A nosotros nos "cabía los siglos" o nos "cabía mil" porque era un término "de la planta". El "dale" nos parece "lance, boh". ¿Cómo y cuándo se fue produciendo el cambio? Manden cartas.
Yo estoy elaborando el duelo, ¿'ta?
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