Las elecciones son así: hacen hablar de ellas antes, durante y después.
Estas últimas tuvieron varios puntos álgidos: la conformación del Partido Palillón (unión de Pálido y Bermellón), los NO debates, las encuestas, los resultados verdaderos, las palabras al oído de Bordaybarre, el abrazo de oso con Lavenida Junior, las matemáticas aplicadas. De todo esto se escribió en La Galanga (alcanza con que Ud. cliquee en la etiqueta elecciones o campaña electoral aquí abajo, al terminar este artículo, para tener todo este panorama).
Ahora empezaron a acomodarse las sandías en el carro.
El grandísimo Grandini, candidato perseverante para encabezar la lista del Partido Palillón a la Intendencia de Montevideo, empezó a pincharse. Su magro apoyo electoral en las Internas (votó más abajo que la dulce Verónica que votaba con Lalagaña, que votó abajo de Lavenida Junior) hizo que su nombre empezara a mirarse con desconfianza dentro de las filas del Partido Pálido. Grandini siguió haciendo fuerza como estreñido alimentado con queso. Es una buena cosa que hagamos las cosas por las cuales estamos enamorados. Grandini está enamorado de un sillón; de cualquier sillón.
Pero a la vista de los resultados en estas elecciones las cosas no están tan claras.
Grandini sabe que los votos juntos de bermellones y pálidos serán solo un pálido reflejo electoral el año que viene.
"Para colmo de los colmos ahora está Bordaybarre haciéndome propaganda. Nadie me salva del fracaso" expresó indispuesto el grandísimo Grandini.
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| Foto La Diaria del 6/11/14 |
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