Se viene el verano y con él el tiempo de playas, de ropa liviana.
Acá es donde tenemos que ponernos a pensar si nuestro cuerpecito acusó el invierno, la recarga calórica, la ausencia de caminatas. En definitiva: si estamos gordo/as
Por eso La Galanga recibe con gusto una propuesta que Violetero estaba pergeñando para su Salinas querida. Allí, en el medio de la naturaleza, iba a poner una sala de musculación.
La Galanga muestra el aviso por el cual Violetero compró los aparatos
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