Black River, un amigote de varios Editores y Responsables (editores irresponsables) de esta casa pidió permiso para largarse a escribir sus anécdotas.
Acá va la primera.
Anécdotas de fóbal
Departamento de Artigas
Partido divisional B: Artigas vs Piratas
Escenografía: cancha de
Artigas al lado de la Usina de la UTE – Barrio Hospital
Vestuario: bajo los pocos
árboles. Camisetas de lona (terminaba el campeonato y podías utilizarla como
carpa). Si llovía y se mojaban era como tener una camisa de tela plomo no color
plomo. Zapatos de cuero sin lustrar con tapones fijos y suelas afirmadas con
clavos (que a veces se aflojaban).
Hay que pensar un día fresco de
Artigas, con 38 º de temperatura, las
pasiones de los barrios y un típico compromiso dominical de la divisional de
ascenso al círculo de privilegio.
Primero el partido de las
reservas, con vecinos haciendo de
jueces, que comenzaba a las 12:00 haciendo tiempo, para lograr que el partido
principal se jugara a las 15:30, evitándose el sol del mediodía.
En todo ese tiempo, esperando el
compromiso principal, los bares formales e informales, legales e ilegales eran
los puntos donde se iban concentrando los hinchas de ambos equipos, cerveza,
caña y alguna bebida cola más la timba por plata eran los atractivos
principales. Los jueces oficiales de la Liga de Artigas también hacían base en
esos tugurios, atraídos por las mismas motivaciones: tomar y timbear.
15:30 comienza el partido.
En un momento, hay un foul
violento al borde del área de un jugador de Piratas que el juez sanciona
inmediatamente y decide la expulsión del referido jugador.
Eran los primeros tiempos que se
comenzaron a usar las tarjetas, entonces con un gesto ampuloso, saca del
bolsillo superior de su camiseta una
tarjeta y se la muestra al jugador. Como siempre en ese tipo de encuentros esperando
la reacción, la protesta, los empujones, pero con sorpresa lo único que
constata es que el jugador se ríe a carcajadas y también sus compañeros. En un
momento, le dice el jugador al Juez: “…no estoy echado, eso no es una tarjeta
roja, es un naipe…”. El Juez asombrado mira y efectivamente se da
cuenta que en la transición entre la timba y el inicio del partido entreveró
naipes y tarjetas.
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